Lo que más amas

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Seth estaba frustrado. Había estado trabajando todo el día y no había podido llamar a Roman. Tenía que ir al hospital por la noche, necesitaba ver a su novio y a Paula.

Al salir de la oficina, vio venir a Dolph. El rubio le sonrió con mucha satisfacción, disfrutando ver a Seth en problemas.

—Logramos salvar la cuenta de Sasha Banks. Debo admitir que lo único bueno que has hecho por esta compañía es traer a Roman.— El rubio era petulante como siempre. —Lástima que hayas arruinado la oportunidad para que esta compañía lo ayude. Roman debería odiarte por lo que hiciste.

Seth gruñó, esas palabras dolían y Dolph le recordaría esto cada vez que pudiera para atormentarlo. Ese error le estaba costando su paz y la tranquilidad del hombre que amaba.

—Y crees que eres el héroe y el salvador de esta compañía.— Dijo Seth con amargura. —No puedo creer que sientas satisfacción por el sufrimiento de los demás, solo por la envidia que siempre has tenido de mí y de las cosas que he podido obtener.

—¿Obtener?— Dolph se burló. —Todo lo que tienes te ha sido dado solo por ser el hijito de mami. Nunca has trabajado por nada y no estoy celoso de ti. ¿Quién podría envidiar a un bueno por nada que arruina a todo y a todos?

Seth quería golpear a Dolph en la cara, pero sabía que eso solo empeoraría su situación.

—Siempre me has envidiado. Has estado tratando de tomar lo que me pertenece desde que estábamos en el colegio. Recuerdo cuando nos metimos en el equipo de natación, y como yo era el mejor, el entrenador me eligió como líder y tú difundiste el rumor de que le pagué al entrenador para que me eligiera. Luego todos se enojaron conmigo por eso hasta el punto de que tuve que renunciar y tú terminaste como capitán del equipo. Fue lo mismo en cada cosa que intenté hacer durante mi vida como estudiante. Siempre estabas ahí arruinando mis proyectos porque no podías quitarme lo que realmente querías: mi nombre y mi fortuna. Así que tu premio de consolación fue quitarme mis logros.

Dolph sonrió. —No hice nada contra ti. Perdiste todos tus supuestos logros por ser un inútil, y la prueba es que siempre renunciabas a todo al primer obstáculo. Será lo mismo en esta compañía y eso será bueno, ya que no eres más que un estorbo. Deberías volver a tu casa, seguir siendo el mocoso de mami y papi, gastar dinero que no trabajas como siempre lo haces y dejar que los demás hagamos nuestro trabajo en paz.

Seth entrecerró los ojos. —Eso es lo que quieres, deshacerte de mí. Es increíble que estés feliz por lo que está sucediendo en esta empresa solo porque me afecta. Ni siquiera puedes ocultar la satisfacción en tu rostro, eres cruel y mezquino.

—No estoy feliz, no seas estúpido. Estoy indignado porque... ¿Adivina quién tiene que arreglar tu desastre?— Dolph sonrió, esta fue una jugada maestra. —No siento satisfacción porque casi arruinaste nuestro trabajo, pero sí siento satisfacción de dejar que todos vean el fracaso que eres.

Pero a Seth no pareció afectarle las palabras de Dolph y el joven heredero incluso lo miró con lástima.

—¿No te das cuenta de que es una satisfacción temporal, Dolph? Siempre ha sido así porque al final, nada de lo que haces para arruinar mi vida funciona, es verdad que tengo malos momentos, pero al final ninguno de estas cosas me hacen dejar de ser el hijo de mis padres, nada hace que dejen de amarme y sigo siendo el heredero de este imperio. Ninguna de estas cosas horribles que haces, te convierten en parte de esta familia, ni te harán el futuro heredero como desearías.

Los ojos de Dolph se ensancharon. Seth notó que definitivamente golpeó un nervio. El rubio parecía frustrado. Quería responder, pero nada salía de su boca, Seth lo había dejado sin palabras.

The Hardest Part of Letting Go [rolleigns]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora