Hurt

one

ChanYeol se había ido. 

No sé porque seguia doliendo, no es como si fuera la primera vez que lo hace.

Porque ChanYeol nunca se queda. 

Llega, me besa como si me necesitara, tenemos sexo espectacular y luego se va, poniendo esa barrera invisible entre los dos, que aunque ya han pasado 2 años, todavía no he podido derribar. Y aunque él sabía que me hacía daño y aunque yo era consciente de que dolía como la mierda, ninguno de los dos podía dejar esa cosa que teníamos.

Seguía acostado en mi cama, desnudo y adolorido por la reciente sesión de sexo. Fue brusco y rápido, como siempre que se siente frustrado y me busca, busca mi cuerpo para sentirse mejor y yo no me puedo negar, no cuando viene y me mira con sus ojos perdidos buscando mis brazos, no cuando sé como de jodido está por ese chico, ChanYeol buscaba consuelo en mí y yo no era capaz de hacerlo a un lado.

Tenía esa sensación de abandono en mi pecho y los ojos se me llenaron de lágrimas, dolía demasiado quererlo y para él solo ser el desahogo de un día de porquería en el que seguramente el chico lo había déjado de nuevo, solo así  ChanYeol volvía a mi.

Pero yo siempre lo estaba esperando.