Las Sultanas son el pilar del Imperio otomano, ellas no sólo dan a luz Príncipes y Sultanas, sino que también se encargan de que el şehzade suba al trono y sea el dueño del mundo.
Ahí es donde entran ellas, cada una llego de distintos lados del mund...
—Hürrem hermana —sonrió Mahidevran entrando a los aposentos de su hermana mayor
—¿Que deseas?—suspiró dejando aún lado su libro.
—¿A que no adivinas?—sonrió
—Sin rodeos Mahidevran tengo que estudiar
—Tu siempre de aplicada hermanita—sonrió con hipocresía—Me casaré dentro de poco con Mehmet paşa—sonrió más al ver la cara de dolor de su hermana.
Hürrem lo sabía, sabía lo cruel que era ella, ni sus demás hermanas la trataban así.
—¿Que?— susurró
—Si, dentro de poco me voy a casar y eventualmente Turhan pero ¿Tu cuando?—sonrió
—Ya mejor vete y déjame en paz
—Que amargada hermana—sonrió para luego salir
Hürrem siempre fue hecha a un lado, por su madre, padre y hermanos, aveces deseaba ser hija de alguna de las sultanas, no hacían menos a sus hijos y eran amorosas, cosa que su madre jamás fue.
Limpió sus lágrimas y se dirigió a ver a su padre, ella no sabía sobre Korküt o sobre lo que todos habían echo, pasaba sus días leyendo y imaginando una vida con el paşa, ese que se iba a casar con su perfecta hermana.
—Padre—susurró
—¿Que quieres?, he dicho que no quiero ver a nadie—la miró
—Lo siento—susurró—sólo quería pedirle permiso para ir a ver a Nur sultán
—¿Para que quieres verla?—alzó una ceja
—Sólo quiero irme lejos unos días, prometo no volver a molestarle —susurró
—Esta bien, quédate todo lo que quieras, pero ven a la boda de Mahidevran —y de nuevo sentía la daga clavarse en su pecho, todo era Mahidevran, siempre ella.
Salió de los aposentos del sultán para ir directo al jardín, no hablaba con nadie que no fuera Leyla Hatun su única amiga, las demás criadas eran fieles a Mahidevran y siempre le contaban lo que ella hacía.
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—¡Hürrem!—dijo Turhan
—Hermana—murmuró
—Ya se lo de Mahidevran, lo siento—Hürrem alzó una ceja, ella jamás se había preocupado por Hürrem.
—¿Por?
—Se que tu querías al paşa, también se que te sientes solá
—No me siento solá —se defendió
—Lo se, por que yo también me siento así, aveces lo ignoró pero es normal, madre quiere y ama más a Mahidevran y a Mahmud y no a nosotros, Orhan, Mehmet y Kasim lo sienten igual.
