Las Sultanas son el pilar del Imperio otomano, ellas no sólo dan a luz Príncipes y Sultanas, sino que también se encargan de que el şehzade suba al trono y sea el dueño del mundo.
Ahí es donde entran ellas, cada una llego de distintos lados del mund...
—Es la segunda vez que te lo repito madre, ¿estas bien?
—Estoy bien—la miró— ¿De que hablamos?—Aşupcan suspiró
—Nada madre, Nur sultan te espera en el jardín.—la miró levantarse y irse.
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Şivekar paseaba en el jardín junto a Mihrimah, hablaban sobre sus planes a futuro, quién diría que su futuro era incierto y doloroso.
—Aveces quisiera regresar el tiempo, y regresar con mi família —susurró Mihrimah
—Mi hermano pago por algo que yo no hice—suspiró—espero que Gevherhan pierda todo lo que ama, así como me arrebató lo que yo amaba.
—Todo a su tiempo, puede que no hagamos nada ahora, pero en un futuro todo se le devolverá—suspiró.
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—Aşupcan, ¿y Muazzez?—dijo Nur encontrándose con la castaña en el hammam.
—¿No llego dónde usted?
—La esperé por horas—fruncio su seño al escuchar un canto en el hammam, ambas ingresaron y vieron a la rubia cantar y peinarse su cabello con un peine imaginario.
—¿Madre?—la menor se acercó a su madre y toco su hombro.
—Oh pequeña, ¿te haz perdido?—toco su mejilla y Aşupcan se extraño ante su actitud.
—Muazzez, te estuve esperando todo el día, ¿Dónde estuviste?
—Aquí, ¿para que me esperaba señora?—se puso de pié y hizo una reverencia.
—Por Allah Muazzez, ¿que te pasa? Yo no estoy jugando—negó acercándose a ella.
—Lo siento—bajo la cabeza y se escucho un sollozo.
—¿Por que lloras?—la abrazo
—Esos monstruos me alejaron de mi madre, la reina era buena conmigo, ayudeme a regresar —se aferró a ella y Aşupcan la miró asustada.
