Las Sultanas son el pilar del Imperio otomano, ellas no sólo dan a luz Príncipes y Sultanas, sino que también se encargan de que el şehzade suba al trono y sea el dueño del mundo.
Ahí es donde entran ellas, cada una llego de distintos lados del mund...
El sultán Murad partía ese día a la campaña, Mahmud quedaba cuidando la capital mientras que sus hermanos, Orhan, Mehmet y Kasim partían con el, los Şehzades restantes se quedaban en sus provincias y tenían prohibido ir hacía la capital, cosa que nadie ni el pueblo estuvo de acuerdo.
Sivekar, Muazzez, Nur y Mihrimah estaban incomunicadas con la capital y con sus hijos, cosa que Gevherhan aprovecharía.
—Madre —sonrió Mahidevran
—Mi hermosa hija—sonrió dejando de lado su bordado
—Ya tengo un plan —sonrió
—Esa es mi hija—sonrió —No quiero que nadie sepa, ni tus hermanos, esto que haremos queda entre Mahmud,tu y yo
—Lo se madre, se que esto nos dará esa ventaja única —sonrió y Gevherhan le hizo señas a las criadas para que se fueran, ese asunto era muy delicado por lo cual debían de ser muy cuidadosas y sólo saberlo pocas personas, entre menos personas más seguridad tenían ambas.
Meses después.
Şehzade Korküt.
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El Şehzade Korküt administraba muy bien su provincia, jamás hubo quejas de el, cosa que no muchos pensaban eso de Mahmud, al ir el a la provincia de Korküt los pobladores comenzaron a quejarse de su mala administración, cosa que Gevherhan trato de ocultar.
Korküt ya tenía dos hijos, Mehmet y Esra su melliza, el era feliz, amaba con su vida a sus pequeños hijos, otros venían en camino, el rechazo de su padre jamás le afecto, siempre los ignoró a todos, sus hijos favoritos eran los de Gevherhan sultán, su madre no sufría por amor pues jamás lo quiso, pero ellos, ellos anhelaban tener un padre amoroso que los quisiera, pero no fue así.
—Mi príncipe —sonrió Rabia sultán su favorita y madre de sus dos hijos
—Mi hermosa Rabia , ¿Cómo están mis hijos?
—Ellos están bien, he venido a hablar sobre Handan Hatun, su embarazo va muy bien—el amaba eso de ella, apesar de tener más rivales, ella era tan amable y buena con todos, cosa que a Korküt le fascinó de ella.
—Perfecto, me he enterado por Hürrem que mi padre se fue de campaña, no nos avisó, se fue con Mehmet, Kasim y Orhan, Mahmud se hizo cargo de la capital —suspiró cansado
—Eso es algo que ya se esperaba, por eso llegaron más guardias, ahora olvidelo, demuestre que usted puede más que ellos
—Lo se, pero me da coraje, me he esforzado el doble que ellos para llegar lejos y mira, me han mandado lejos
—Pero eso era obvio—alzó su voz—Su madre me mando aquí a cuidar de usted, bien sabe que su padre jamás quiso a sus hijos, los de Gevherhan sultán fueron, son y serán su mayor orgullo, la seremonia de circuncisión, el no estuvo tan presente en la de ustedes, pero en las de ellos si, no vino a nombrar a nuestros hijos, no vendrá a nombrar a los que vienen y vendrán, el no los ama, pero usted puede ser un gran sultán, uno justo y amoroso, sólo usted podrá amar a todos sus hijos y hermanos por igual, yo estoy a favor con la abolición del fratricidio.
