Las Sultanas son el pilar del Imperio otomano, ellas no sólo dan a luz Príncipes y Sultanas, sino que también se encargan de que el şehzade suba al trono y sea el dueño del mundo.
Ahí es donde entran ellas, cada una llego de distintos lados del mund...
Nurbanu bajo del carruaje junto a Mihrimah, Muazzez y Şivekar, su corazón latía rápido y su respiración era casi nula, no sabía que sentir o pensar.
Entró al palacio y todos hicieron una larga reverencia, Turhan las recibió con un inmenso dolor, se soltó a llorar en los brazos de Mihrimah quién no entendía nada.
—Lo siento, lo siento tanto—sollozo—perdón por todo.
—Nos estás ausustando Turhan— dijo Mihrimah
La castaña se hizo a un lado y dejo ver un ataúd, Nurbanu lo miró con miedo y se acercó, todas las criadas salieron del harén y se hicieron en fila a las afueras, apreciaban a todas las sultanas y hicieron lo correcto al honrarla a las afueras del harén.
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—¿Mamá?—susurró—¿Que te hicieron? ¿Por que te fuiste? ¿Por que allah están cruel con nosotros? ¿Que pecado cometimos? Mamá, despierta por favor, no me dejes—gritó, su dolor se sintió y caló hasta lo más profundo de todos los presentes— ¡Mamá! Por favor, te amo, no me dejes, Mamá.
Las Sultanas se vieron entre si y negaron, Tenían el corazón en la mano, habían perdido a su mejor amiga en un segundo, ya no la verían más.
—¡Mamá! No, Allah—seguía gritando Nurbanu.
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—Lo siento—sollozo Turhan —Hürrem se quitó la vida la misma noche en que Nur fue asesinada—dijo y todas voltearon a verla— ella no soportó que lo la valide hizo, no soportó que esa perra de Afife amenazara a mis sobrinos y se suicidó junto a ellos—las miró y bajo la cabeza cuando sintió los brazos de Şivekar.
Nurbanu se aparto del cuerpo de su madre y miró a todas con dolor.
—Dile a esa mujer, que la guerra apenas ha comenzado, haré que pague esto y todo lo que nos ha hecho—miró a Turhan —aghas, saquen la de aquí, nos vamos—susurró y salió del harén, las criadas hicieron reverencia y algunas le dieron el pésame.
—¿Puedo ir con ustedes?
—Si, pero primero despidete de tu hermana—dijo Mihrimah y Turhan asintió.
