Diana la sombra más oscura

Aprendes rápido...

*Diana*
Después de toda aquella odisea con Izan y Alicia me sentía muy cansada...
Aitor y yo estábamos sentados uno junto al otro, en un sofá bastante largo,sin hablar.
¡No sabía que decir o hacer!
Pelear era muy fácil, pero en lo referente al amor, soy una novata total...
Una cosa estaba clara, estaba enamorada de el hasta las cejas...
Bueno... hasta que lo admites... -dijo Dana aciendome dar un salto.
¡Dana! -dije más que feliz- por fin ¿donde te habías metido?
Durmiendo, igual que yo-dijo Lilith.
Me sentía muy feliz, después de tanto silencio en mi cabeza, era una bendición escucharlas de nuevo...
Has cambiado pequeña -dijeron las dos a la vez.-ahora eres mucho más poderosa, pero no lo olvides, debes controlar tu temperamento o te convertirás en alguien como Coralia... En una simple sombra oscura y amargada...
¡Vaya, veo que ya os ponéis de acuerdo! -dije sorprendida-y... de Aitor... ¿Que pensáis de él?
Que esta muy bueno... -dijo Dana.
¡Dana! -dijo Lilith entre risas.
Estas muy callada... -dijo Aitor interrumpiendo nuestra conversación.
Perdón estaba hablando con... -dije pero de pronto sentí las manos de él en mi cintura,acariciando mi cadera, con la mirada perdida.
Empezó a acariciar mi vientre, haciendo que mi respiración empezara a agitarse.
¿Aitor? -jadeé pues sus manos me provocaban un sentimiento de indefensión increíble.
Él me miró con unos ojos de color ámbar... Este no era Aitor...
¿Sombra? -dije, mientras él seguía con sus caricias, sin previo aviso saltó sobre mí oliendo mi cuello.
Diana... -dijo Dana, pero yo la dejé tomar el control de la situación porque Sombra era asunto suyo.
*Dana*
Tomé el control sobre el cuerpo de Diana y aparté a Sombra de un empujón.
Controlate lobito... -dije mirándole con los ojos entornados-o te daré una patada en tu peludo trasero...
¡Eres mía!-dijo arrinconandome contra la pared, pasó su brazo por mi espalda baja y me pegó a su cuerpo-¡MIA!¿entiendes?
El corazón se me subió a la garganta, al sentir su cercanía, era como si mi cuerpo no me respondiese.
¿De donde había salido este?
Era posesivo hasta la médula...
Alguien tendría que enseñarle modales a este lobito...
Le sonreí, haciéndolo poner cara de bobo, para después lanzarlo sobre la mesa y subirme sobre él, empezó a hiperventilar, poniéndose frenético.
Cuando estaba a punto de saltar sobre mí, me levanté dejándolo confuso.
Yo decido cuando, donde y con quien quiero estar lobito, más te vale recordarlo si no quieres que la próxima vez... -saltó hacia mí empujandome contra la pared y basándome con fiereza.
¿La próxima vez que...? -se burló.
Agarré sus dos brazos se los retorcí pegando su cara al suelo y pisando su cabeza.
Vale... Valeee... ¡Entendido! -dijo con la voz amortiguada por la alfombra.
Le solté y se levantó moviendo los hombros.
Le miré levantando una ceja.
Esta bien... -dijo levantando las manos a la altura de su pecho- lo siento...
Eso está mejor lobito-dije para después pasar mis manos por su pelo y empezar a besarlo, paré en cuanto empezó a agarrarme con demasiada fuerza.
Empecé a apartarme, pero él me agarró esta vez más suavemente.
No tan fuerte- jadeó pegado a mí-entendido...
Aprendes rápido... -dije dejando que volviera a besarme- pero por hoy se acabó la lección...
Me aparté de él, dejando que Diana volviera.
¡Dila que vuelva! -gritó-¡YA!
*Diana*
Puede que con Dana sepas tratar... Pero conmigo no-dije plantandole cara- así que no vuelvas a gritarme y mucho menos a darme órdenes.
Pegué mi cabeza a la suya desafiante.
¡Yo soy tan Alfa como tú! ¡¿me has entendido Sombra?! -le grité en la cara, haciendo que bajase aquella mirada ámbar y volver a mirarme con los ojos azules de Aitor.
Pasó sus manos por mi cintura.
¿Y yo tengo permiso para besar a la gran Alfa? -dijo rozando su nariz con la mía, haciendo que mi cuerpo se convirtiese en gelatina líquida.
Aja.... -suspiré pegandome más a él y abandonandome en sus brazos.