15. No me arrastres, no te lleves mi verdad

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Narra Carlos

Después de dos horas, me encuentro sentado en la cocina de mi apartamento comiendo.
No he recibido respuesta de Dave, el único que creía que me podía ayudar. Así que pienso que igual esta es una de las señales del destino que me está diciendo que pare porque esto no es una buena idea.
Porque claro, ¿cómo iba a ser una buena idea intentar ir detrás de una chica con pareja?
Es que soy idiota. Llevo sin novia 5 años, y ahora me intento enganchar a una chica que tiene pareja que conocí en un accidente solo porque "siento algo muy fuerte cuando la miro a los ojos".
Carlos Right, genial por tu parte. Eres un crack... pienso para mis adentros.

Me tumbo en el sofá para ver una de las películas que están poniendo. La típica de secuestros y asesinatos de Antena 3 a las cuatro de la tarde. Esa misma.
Y sin apenas intentarlo, estoy quedándome dormido cuando empieza a sonar mi teléfono.
La pantalla se ilumina y puedo leer "Dave".
Sonrío y enseguida descuelgo.

-D: ¿Qué pasa, cabronazo? Sabía que terminarías llamándome. — Dice sin dejarme articular palabra.
-C: Pero bueno, cómo estamos hoy Davuco.
-D: Déjame adivinar. Ya la has liado y necesitas mi ayuda. Para no variar.
-C: Pues — Me contengo para no mandarle a la mierda. Esta vez necesito su ayuda. — esta vez no he liado nada. Pero sí, necesito que me hagas un favor. ¿Te acuerdas de Julia...?
-D: Espera, espera, espera. No me digas que...
-C: No te digo nada, Dave. Solo necesito que me hagas un favor. Prometo contártelo todo cuando nos veamos. —Se hace un silencio al otro lado de la línea. — ¿Dave? ¿Sigues ahí?
-D: Sí, sí... Solo que me has dejado un poco sorprendido. ¿Qué es lo que quieres?
-C: Necesito que me des su número de teléfono. —Suelto sin anestesia, esperando que no me haga más preguntas.
-D: Carlos, no sé qué estás tramando. Pero ten cuidado. — Noto que se queda pensativo. — No me quiero meter en tus asuntos, pero tiene novio. Y no sé a ti, pero a mi no me dio buena espina el día que vinisteis al taller.
-C: Tranquilo, no voy a hacer nada raro. Solo necesito eso...
-D: Lo hago porque te quiero, pero por favor Carlos... que ya nos conocemos. — Vuelve a quedarse en silencio. — Ahora te envío su contacto por whatsapp.
-C: Gracias tío, te debo una.
-D: Pero me lo tienes que contar todo en cuanto nos veamos eh. Y si la lías, no dudes en avisarme, anda.
-C: Lo haré. Te quiero Davuco.

Y tras esto, colgamos la llamada. A los dos minutos tenía un mensaje de Dave con el número de teléfono de Julia.
Ahora sí que tenía claro lo que iba a hacer. No me iba a quedar con las ganas de resolver esto.

Narra Julia

-¡Quédate, no te vayas! Por favor, no me abandones. ¿Por qué no me escuchas?
Date la vuelta y mírame.
¡Lo siento! Por favor, vuelve.

Me despierto sobresaltada. Estoy sola, en mi cama. Miro el reloj y son las cuatro de la tarde. Debí quedarme dormida al llegar del paseo.

De nuevo han vuelto a mí los sueños que hacía días que no tenía, y cada día encontraba menos explicación a ellos. Me estremezco solo de intentar encontrarles un significado, y es entonces cuando recuerdo cuándo y cómo fue el primero. Fue el día del accidente, en el hospital.

*Flashback del primer sueño de Julia*

Le veo agacharse y coger una margarita amarilla del campo por dónde estamos paseando. Noto su mano sobre mi pelo, y veo que la ha colocado sobre él.

Vamos de la mano, cuando de repente noto como me suelta. Y no puedo caminar. No puedo articular palabra, no puedo moverme.
Noto como mi vida comienza a desvanecerse, al igual que lo hace él.
Cada vez veo más lejanos a aquel chico sin rostro que me estaba acompañando en este paseo.

¿Por qué no viene? ¿Por qué no intenta recuperarme? ¿Por qué no me sostiene con firmeza entre sus brazos? Y de repente... todo negro

*Fin del flashback*

Me lavo la cara en el baño intento alejarlo de mi mente. Cada vez los sueños que tengo parecen más reales, de hecho hasta lo paso mal cuando me despierto.

De repente, oigo mi teléfono sonar sacándome de mis pensamientos.
Veo que tengo un mensaje de un número desconocido:

-¿También vas a hacer ahora como que no me conoces? Asómate a la ventana.

Mi pulso empieza a acelerarse, y al acercarme a la ventana, le veo ahí. Sentado en el capó de su deportivo negro con una sonrisa inmensa, que ni el mayor de los tsunamis sería capaz de arrebatársela.

Me escondo detrás de mis cortinas muerta de vergüenza. ¿Qué está haciendo aquí?
Y de repente mi teléfono vuelve a sonar. Otro mensaje:

-Venga Julia, no te escondas detrás de las cortinas. ¿Por qué no bajas y nos vamos a dar el paseo que te prometí por Madrid?

Mi cabeza empieza a dar vueltas. Miles de sentimientos encontrados me invaden. ¿Por qué a mí?

Y sin tener muy claro qué estaba haciendo decido contestarle.

-Dame 10 minutos, y espérame dos calles más abajo. No quiero tener problemas.

Sin saber muy bien qué decir a Javi, decidí bajar las escaleras mientras buscaba una excusa creíble que decirle.

-Ju: Javi — digo intentando que no me tiemble demasiado la voz. — Voy a salir a tomar algo con Sabela, que me ha dicho que está por Madrid y que le apetece verme.
-J: Voy contigo, que hace mucho que no la veo.
-Ju: Me apetece ir sola. Además, me ha dicho que tiene que contarme cosas de chicas... — Digo esperando que se lo crea.
-J: Pero si siempre voy contigo Julia, no pasa nada.
-Ju: Javi, necesito aire, por favor. No creo que tarde mucho de todas formas. Quédate aquí y descansas.
-J: No sé qué te pasa últimamente, pero bueno. Pásalo bien.

Y tras esto, subí corriendo las escaleras de nuestra casa para arreglarme. Me puse unos pantalones vaqueros negros con una blusa blanca y mis botines favoritos negros.
Me puse un poco de rímel, me alboroté el pelo y cogí mi bolso. De repente volvió a sonar mi móvil. Tenía otro mensaje:

-¿Vas a tardar mucho, leona?

Una sonrisita tonta invadió mi cara. Decidí no contestar. Pues ya estaba a punto de salir por la puerta de casa.

Solo podía pensar: ¿Qué estoy haciendo? ¿Esto está bien? ¿Y si hago daño a alguien? ¿Y si me hago daño a mi misma?

Y todo eso desapareció de mi mente cuando le vi sentado delante de su coche mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.

-C: Creía que no vendrías. Venga, sube.

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Pues me he inspirado.... y he escrito otro capitulillo👀
Espero que os guste❤️

Feliz domingo

Nuestro instinto consigue enredarnos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora