— ¡Eres un tramposo! —Acusó entre risas, tirando sus cartas a la mesa. JiMin rio y lo miró.
—Claro que no lo soy, tú no sabes perder—Contraatacó él, tratando de aguantar las carcajadas. JungKook lo miró con enojo fingido y lo apuntó con un dedo.
— ¡Sé perder! Pero tú eres un mentiroso, hiciste trampa.
Antes de que pudieran seguir alegando, unos fuertes golpes en la puerta principal se escucharon. Los dos se quedaron en silencio, JungKook estaba sorprendido. JiMin nunca tenía visitas, jamás, y si las llegó a tener fue hace años, cuando JungKook estaba encerrado en el sótano muriendo de hambre.
—Baja—Fue lo único que dijo, mientras se paraba de golpe. Dejando las cartas regadas en la mesa.
— ¿Qué? —Musitó, sin moverse ni un poco.
—Muévete—Ordenó, agarrándolo fuertemente del brazo y jalándolo con brusquedad. JungKook tropezó numerosas veces, haciendo más ruido del debido. Cuando llegaron a la pequeña puerta escondida que llevaba al sótano, la abrió y lo empujó, haciendo que casi cayera por las escaleras—. Silencio—Fue lo único que dijo antes de cerrar abruptamente la puerta. JungKook se quedó en silenció, sin apartar la vista de la puerta.
Suspiró y se pegó a ella, colocó una mano en el picaporte, sintiendo que la libertad estaba a la vuelta de la esquina. Pegó su oído, escuchando como JiMin abría la puerta principal y decía algo.
— ¿Sucede algo, oficiales? —JungKook intentó descifrar lo que decía JiMin, yéndose por el camino más congruente y lógico.
—Buenas noches, señor. ¿Usted es Park JiMin?
—Sí, soy yo. ¿Qué se les ofrece?
— ¿Usted conoce al joven Jeon JungKook? —Habló esta vez el otro hombre, queriendo ir directo al grano.
— ¿Hablan del niño que fue secuestrado hace años? Sí, he escuchado de él en las noticias, últimamente han tocado mucho el tema de su desaparición, pero ¿qué tengo que ver yo con él?
¿Qué? ¿hablaban de él en las noticias? ¿lo estaban buscando? Algo dentro de él vibró con esperanza o felicidad, eso significaba que su mamá no se había olvidado de él, que todavía lo querían.
—Nos han informado de diversos avistamientos del joven Jeon junto a usted, en su propiedad.
¿Quién lo había visto? No había ninguna casa aquí, era casi imposible de que alguien lo viera. ¿Cuándo fue? ¿cuándo pasó que él, JungKook, no tuvo la oportunidad de darse cuenta?
— ¿Qué? Eso es imposible—JungKook estaba sorprendido por el leve temblor en la voz de JiMin, puede que los oficiales no lo notaran, pero para él era muy evidente.
—Tenemos permiso para revisar su propiedad, cualquier queja dígasela al juez, señor Park.
Después de esas palabras, JungKook dedujo que ellos habían entrado. Respiró hondo, sintiéndose nervioso. Podía hacer ruido, intentar abrir la puerta o algo para que los oficiales supieran que él estaba aquí, también podía quedarse callado y dejar que ellos lo encontraran. Pero, ¿y si eso no pasaba? ¿y si no lo encontraban? JiMin tomaría medidas y lo más seguro es que se mudarían de ahí, llevándolo más lejos de su libertad.
Empezaba a sentir miedo, angustia. Quería irse, quería volver con su familia pero algo en él también quería estar con JiMin. En definitiva, debía estarse volviendo loco. Tomó aire, era su oportunidad y no la iba a desperdiciar, todas esas veces que intentó escapar, que luchó por vivir, todas esas veces ya no iba a ser en vano.
— ¡Aquí! ¡Ayuda, por favor!
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Síndrome de Estocolmo [JIKOOK] ✔
Fiksi PenggemarJeon JungKook, un lindo y tierno niño de once años, iba regreso a su casa después de unas cansadas clases de baile, sin darse cuenta que la peor pesadilla de su vida estaba a punto de comenzar. Park JiMin, un chico de veintiún años, está preparando...