Me avalancé hacia Ashton, pasé mis brazos por su cuello y lo abracé con la poca fuerza que me quedaba. Mis lágrimas caían por mi rostro mientras sollozaba en su hombro.
Ashton me devolvió el abrazo intentando calmarme.
-Gra... Gracias-le dije al oído como pude.
-Tranquila.-dijo mientras pasaba su mano por mi pelo mojado.
Ashton me cogió en brazos y cerré los ojos. Eso es lo último que recuerdo.
Llegamos a una casa bastante alejada de donde vivía. Ashton me bajó al suelo y sacó unas llaves. Entramos dentro y me llevó a una habitación que parecía en la que dormía. Yo estaba adormilada y casi no me enteraba de lo que pasaba.
Me senté en el borde de la cama de la habitación.
-Toma.-me dijo el castaño extendiéndome una camiseta.-Póntela, cuando acabes métete en la cama y duerme un poco. Si necesitas algo, llámame.
Asentí con la cabeza. Ashton salió de la habitación dejándome sola. Me quité mi ropa húmeda y la dejé en el suelo al lado de la cama. Me puse la camiseta y me venía bastante grande. Sin pensarlo dos veces me metí en aquella cama y me quedé dormida.
****
Era de día, pero no sabía qué hora era. Decidí levantarme de la cama y salir de la habitación. Caminé por un pasillo y me dirigí a una habitación de donde se oían ruidos y además venía un olor muy dulce. Entré y allí estaba Ashton haciendo tortitas. Sólo llevaba unas bermudas, lucía su pecho al aire.
Con el ruido que hacía el aceite en la sartén no me oyó entrar, a si que di tres golpes en la puerta. Ashton se giró para verme y salió una sonrisa de su rostro.
-Buenos días.-me dijo.
Sacó la última tortita de la sartén y la puso con el resto que estaban en un plato en la encimera.
-Buenos días.-Dije un poco cortada.
-¿Qué tal has dormido?
-Bien, gracias.-Miré al suelo por un momento. Sobresalté diciendo:- ¡Hostia, es miércoles! ¿no he ido a clase?
-No te he querido despertar después de lo de anoche.-Cogió el plato de tortitas y lo llevó hacia la mesa donde habían dos vasos y dos platos.-Te he hecho el desayuno. ¿Te apetece?
Me encogí de hombros y fui a sentarme. Tenía mucha hambre y no iba decir que no.
****
Después de desayunar y de hablar de tonterías quise hablar de lo de anoche.
-¿Puedo hacerte una pregunta?-Ashton asintió.-¿Cómo me encontraste? Me refiero, ¿cómo sabías que estaba ahí?
-Mmm...-Parecía haberse puesto nervioso.-Pasaba por allí y te vi de lejos. Quise saludarte y vi lo que querían hacerte.-agachó la cabeza.
-Y...- dije al romper el pequeño silencio que se había formado.-¿Qué es Road?
-Ah...-Se llevó una mano a la nuca-No tengo ni idea...
El silencio nos volvió a invadir, pero lo volví a interrumpir para dejar este tema de lado.
-Te ayudo a recoger.-Me levanté y cogí el plato donde había servido mis tortitas y el vaso de donde había bebido leche. Ashton imitó mi gesto.
Fui al fregadero y dejé los platos, después de que el castaño lo hiciese primero. Al girarme me encontré con el pecho desnudo de Ashton. Estaba muy cerca de mí, tanto, que hizo que mis pulsaciones se acelerasen cada vez más. Sus labios estaban muy cerca de los míos, notaba su agitada respiración. Le miré a los ojos y me dedicó una sonrisa que me dejó embobada.
Se alejó de mí haciendo que me sonrojase. Nerviosa dirigí mi mirada hacia el suelo quedándonos en silencio.
-Bu.. Bueno, creo que debería irme ya a casa.-Dije tartamudeando a causa de los nervios que me habían entrado.
Volví a la habitación y fui a coger mi ropa. Todavía estaba húmeda. No podía ponerme otra vez así.
-Ash, ¿de dejarías unos pantalones aunque sean de chándal? Mi ropa aún está mojada.
-Claro.-Entró dentro y se dirigió a una cómoda de donde sacó unas bermudas Nike parecidas a las que llevaba. Al parecer había dormido en su cuarto.-Aquí tienes.-Me entregó los pantalones y salió de la habitación.
Me puse las bermudas y guardé la ropa en la mochila de clase que estaba al lado de la cama. Me puse mis Vans y me miré a un espejo que había allí. La camiseta de Ashton que llevaba era de Blink-182. Me declaro fan de Ash.
Cargué mi mochila en la espalda y salí de la habitación. Fuera me esperaba Ashton vestido.
-Te queda bien.-dijo bromeando y solté una carcajada.
-Que tonto...-le dije con una sonrisa en mi cara.
-Te acompaño a casa.
Salimos de la casa y caminamos hasta el poco camino que había hasta el borde de la calle donde había una moto. Me entregó un casco y se subió.
-¿Tú no te pones casco?-pregunté
-No me hace falta.
Me lo puse y me subí a la moto. Le dije dónde tenía que llevarme, a casa.
-Agárrate fuerte.
Me daban un poco de miedo las motos y creo que, de lo fuerte que me agarré a él, le dejé por unos segundos sin respiración. Arrancó el motor y me llevó a casa.
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Protégeme, amor. | Ashton Irwin
RomanceNunca me abandones, aférrate a mí para no volver a tu pasado.