✝El Camino de los Pecadores✝ Far Cry 5 ✝

"Bienvenida, Agente"

Con pereza y dificultad abrió los ojos, su vista estaba nublada y la cabeza le dolía en gran manera, trató de ponerse de pie cosa que le tomó unos minutos. Una vez se levantó un tremendo dolor invadió su abdomen arrancandole un quejido y haciéndole doblegar.

Se apoyó en una pared antes de ver que sobre su ropa reposaba una especie de vestido blanco, también notó varios raspones en sus brazos cuando una bola de recuerdos impactaron su mente y le hicieron recordar el acciente que había tenido. Alzó su vista finalmente notando que estaba en una especie de cuarto, donde sólo había una vieja y maltratada puerta de madera, las ramas y enredaderas se habían apoderado de las paredes grises de la habitación, dándole un aspecto algo inquietante y tenebroso al igual que apocalíptico.

Se acercó lentamente a la puerta pero nuevamente el dolor en su abdomen le hizo parar y la dejo en el suelo. Se quitó el vestido y se levantó la camisa que llevaba, con terror miró una herida profunda y horrible. Maldijo en voz baja y buscó entre sus bolsillos un par de vendas que llevaba por si acaso. Su enojo creció casi igual que el dolor al darse cuenta que además de desarmada no tenía nada.

Se quedó unos segundos reposando en el suelo esperando que el dolor bajara y tal vez desapareciera pero, no fue el caso. De levantó con cuidado y lentitud, varios quejidos de dolor se escaparon de sus labios ante la obvia herida, tomó la perilla de la puerta pero no la giró. Al otro lado pudo escuchar la suave y dulce voz de una mujer cantando "Amazing Grace". Maldijo en voz casi alta al escuchar pasos en su dirección.

La puerta fue abierta con cuidado y de ella salió Burke, con calma tomó del hombro a la joven en el cuarto, la más pequeña lo miró con tristeza ¿por qué él?

-Burke-trató de hablar pero todo lo que salió de su boca fue un débil susurro-tú...¿estas bien?

No hubo respuesta, él la ignoró.
Caminó hasta una mesa donde estaba sentada la más joven de la familia Seed. La mesa era de madera decorada con flores y otras plantas de buen ver, el lugar parecía ser la casa de Faith, era una pintoresca casa de madera que tenía pinturas y fotos de la familia colgadas en las paredes, junto a mesitas y muebles hogareños y agradables a la vista.

Faith estaba sentada en la mesa con esa maldita sonrrisa que tanto odiaba Dan, Burke la acercó hasta la muchachita sentada quien dejó de lado la blanca biblia con el símbolo de la secta de lado y miró a la joven.

-¿Estás bien?-preguntó con una plena sonrisa esperando de todo corazón una respuesta-¿sí? ¿no? Yo diría que no, note desde que llegaste la herida, déjame ayu...

-No, no quiero tu maldita ayuda-respondió con severidad la castaña haciéndose para atrás ante la mirada y sonrisa de Faith-

-El orgullo es un pecado muy terrible-comenzó la rubia y se levantó de su asiento, con calma se fue acercando a la castaña que paró una vez sintió un sofá detrás de ella-yo sólo quiero ayudarte, agente hablo en serio.

La más joven miró con desconfianza a la rubia y finalmente accedió, con cuidado, amor y calma Faith la ayudó a curar su herida, la vendo como acto final y se sentó en el sofá junto a la novata.

-Es un lindo día fuera, ¿no crees?-preguntó amable y feliz-

-¿Dónde estoy?-interrumpió la castaña con enfado y en tono severo-

Faith estaba a punto de contestar cuando Burke se acercó a ella. Ella lo miró con seriedad y se levantó sin decir nada, con lástima caminó hasta una habitación que parecía ser la sala un poco alejada de la especie de comedor. Dan miró a Burke con cierto dolor y se disculpó. Se levantó y golpeó a Burke en la cara evitando hacer mucho ruido, tomó un libro grueso que estaba por ahí y volvió a golpearlo, está vez este cerró los ojos y antes de caer Dan lo tomó y lo acomodo con cuidado en el sofá.

Escurridiza caminó hasta la puerta que estaba entre abierta de la especie de sala donde estaban Faith, Joseph y tal vez Jacob (Dan no lo conocia)

-¡Ella mató a John, Joseph! No podemos dejarla viva-alegó con molestia y enojo el mayor de los hermanos caminando de un lado a otro con marcada molestia llevándose a ratos las manos a la cabeza-

-No podemos, Jacob, si la matamos...

-¡¿Qué pasaría a demás de nada, Faith?! ¡ella debería morir ahora!-gritó el militar-

Joseph estaba sentado sin decir no hacer nada, estaba mirando a sus hermanos que parecían más que preocupado y molestos adoloridos por la muerte de John.

-Nadie va a matar a nadie, Jacob, no la mataremos aún, ella es importante y no quiero escuchar nada más-exclamó Joseph con calma mirando el suelo, la mirada azulada de ambos se posó sobre él y aún así sostenía una increíble paz-

-Pero ella...

Dan decidió salir antes de que la charla de los hermanos terminara, caminó hasta la puerta y vio un auto, salió con cuidado hasta que fue vista por un sectario que abrió fuego en su contra.

Su lento caminar se transformó rápidamente en un trote que cambió finalmente a la acción de correr. De escondió detrás de otro auto de la secta, el dolor atacaba con furia haciéndole doblegar y quejarse, si corazón estaba a mil y su mente  comenzaba a dudar de si saldría de esta.

Con valor corrió hasta el último auto y entró, giró la llave y aceleró hasta un camino seguida de los sectarios.

Mientras los hermanos ya estaban fuera, expectantes.

-¿Qué decías, hermano?-preguntó en un tono vacilante el mayor-

-No uses ese tono conmigo, hermano, no ahora-la voz de Joseph sonaba molesta y sería dejando bien en claro que un solo comentario más lo haría explotar-

-Joseph, ¿quieres qué yo...?-preguntó tímida la más pequeña-

-Ya sabes qué hacer, Faith, no puedes cometer errores, a menos que quieras terminar como John, ella tratará de matarte es su único objetivo ¿entiendes?.

-Sí, padre.