Una Promesa de Venganza - Escribiendo - Capítulos 1-84 Completos

Capítulo 22 - No juegues conmigo

Voy hacia el recibidor cuando me intersecta una señora de avanzada edad, cabellera blanca y una mirada dulce - al verla de inmediato limpio mis lágrimas para evitar que me vea en ese estado tan miserable

- Mucho gusto señora, soy Ana, solía ser la nana del señor Daniel - hace reverencia

- Mucho gusto Ana, soy Elena, no tienes que usar tantas formalidades - extiendo mi mano para estrechar la suya - solo dime Elena - le sonrió

- Me alegra que mi niño haya encontrado una buena mujer que en realidad lo quiera no como... - guarda silencio por unos minutos

- ¿Qué iba a decir, Ana?

- No me haga caso señora, estoy vieja y a veces digo muchas cosas sin sentido

- No digas eso, ya quisiera yo poder llegar a tu edad -le sonrío y ella igual

- Vamos niña Elena, le haré un breve recorrido del departamento para después acompañarle hasta su cuarto - se adelanta y yo la sigo

Ayer me casé con tantas ilusiones de por medio, con el hombre que creí que era Daniel, pensé que formaría realmente una familia, que le importaba a alguien, pero no fue así - deja de soñar Elena - me dice mi subconsciente

Ahora sólo quiero que mi corazón deje de amarlo, de pensar en él, de anhelarlo, quisiera odiarlo por lo que me ha hecho pero no puedo, soy tan tonta que no puedo - se desliza una lágrima por mi rostro la cual seco de inmediato con mi mano

- Como pudo observar la oficina del señor es muy privada, por lo regular pasa gran parte de su tiempo en ella - caminamos hasta llegar al living

Hay unos enormes sofás color blanco, una alfombra de toque contemporáneo al igual que la iluminación, enormes ventanales de cristal, mesillas auxiliares y una de café, un enorme televisor y equipo de sonido - camino hacia los ventanales, puedo observar una enorme piscina del otro lado con luces de colores saliendo debajo de esta, que con sólo verla, ya me era grato

- Es una hermosa vista ¿verdad? - pregunta Ana poniéndose atrás mío

- Si - sonrío - lo es Ana

- Puede entrar cuando quiera señora, el señor me ha pedido que le mencione que puede hacer uso de todas las instalaciones de la casa a excepción de su antigüo cuarto y su oficina, así que cuando usted lo desee puede entrar a la piscina

- No creo poder Ana, no sé nadar - suspiro

Mi padre nunca me enseñó, nunca tome clases de natación, ni siquiera fuí a un balneario, fue una de las tantas cosas que él no me enseñó

- No importa, ya tendrá tiempo de aprender, el señor le enseñará

- No creo que eso pase - susurro

Continuamos caminando hasta llegar a la cocina, esta era amplia, muy iluminada y también tenía grandes vitrales como el living y una isla enmedio, pasamos al comedor, para después subir por la escaleras

- Aquel cuarto niña Elena, es el gimnasio, su cuarto es el tercero a la derecha

- ¿Y en aquella puerta que hay? - señaló la puerta que está al fondo del pasillo

- Aquella habitación era el antiguo cuarto del señor Daniel -suspira - pero eso cambio ahora que ustedes están casados - me sonríe 

Por lo que dice Ana puedo darme cuenta que no está enterada de toda esta farsa, para ella y para los demás, Daniel y yo somos un matrimonio feliz...

- Las 3 habitaciones restantes son para visitas - me indica cada lugar mientras caminamos por el pasillo

- ¿Tú no vives aquí Ana? - la miro curiosa