Una Promesa de Venganza - Escribiendo - Capítulos 1-84 Completos

Capítulo 68 - Eres lo único que tengo

Camino despacio hasta llegar a la puerta principal, me recargo de esta para descansar, el dolor se agudiza conforme pasan los minutos

- Ahh - mi espalda se arquea de dolor

La sangre sigue saliendo de mi entrepierna

- No te quiero perder, eres todo lo que tengo ahora - llevo la mano a mi vientre y la mantengo ahí para tratar de calmar el dolor

Mi teléfono lo he dejado en mi habitación, es imposible que pueda subir las escaleras para cojerlo y llamar a Dafne , necesito cruzar la calle y tomar un taxi pero apenas pude llegar hasta aquí

El dolor se agudiza más, me es imposible seguir de pie, me deslizó despacio sobre el portón quedando en el suelo

- ¡Elena! - dice corriendo hacia mi - Por Dios estas sangrando

- Daniel, ayúdame, no quiero que le pase nada a nuestro bebé - digo llorando - por favor, sé que me odias pero él no tiene la culpa de nada

- Tranquila, todo va a estar bien, Perdóname, no debí decirle nada a tu padre - dice con desespero

- Ahh - me duele mucho

- Apoyate de mi - se agacha para estar frente a mi, apoyo mi brazo alrededor de su cuello y me levanta con cuidado

...

Me deja con cuidado en el asiento del copiloto

- Elena necesito que te mantengas despierta - dice mientras conduce

- Asiento -

- Ya casi llegamos, tranquila, todo va a estar bien

- Da... - mis ojos se comienzan a cerrar

....

Narra Daniel

Voy saliendo cuando suena mi teléfono

- ¿Ya terminó tu cita tan importante? - dice con sarcasmo

- No, Fernanda no me gusta que estés cuestionando cada cosa que hago

- Yo sólo quiero que estés conmigo Dan, ni siquiera has hablado con Erick, La otra noche que supuestamente ibas a hablar con él, llegó molesto y se encerró en su oficina ¿qué pasó exactamente?

Cruzo la calle y abro la puerta de mi auto cuando escucho la voz de Elena

- Daniel responde - dice molesta - ¿Qué pasó esa noche? ¿Estuviste con ella?

- cuelgo la llamada -

Cruzo rápidamente la calle, Elena está tirada frente a su casa recargada en la puerta de entrada

- ¡Elena! - sus piernas tienen sangre y llora desconsoladamente

Mi corazón duele al verla así, no pienso en nada más, sólo quiero que este bien

- No quiero perder a nuestro bebé - al escuchar sus palabras hace que algo dentro de mi se estremezca - había dicho "nuestro"

....

Conduzco tan rápido como puedo, el límite de velocidad no me importa igual que los altos y los semáforos

- Elena necesito qeñue te mantengas despierta - tomo su mano mientras la otra la llevo al volante

Ella asiente con la cabeza pero noto que cada vez está más débil, sus ojos comienzan a cerrarse quedando inconciente a un lado mío

- ¡Elena! Perdóname por haber dicho todo eso, Dios, soy un idiota - aumento la velocidad del auto