Lo lamento

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Kakuzu salió corriendo tratando de alcanzar al menor, pero este ya le llevaba gran ventaja y para empeorar las cosas empezaba a anochecer.

-¡Hidan!, ¡detente!- gritó el moreno, cansado de todo este espectáculo.

Pero entonces el religioso hizo algo que tomó al tesorero con la guardia baja, le lanzó una kunai con papel explosivo a los pies, haciendo volar parte del piso, entonces al mayor no le quedó de otra más que retroceder.

"Maldición Hidan" pensó el alfa tratando de quitar el humo, pero era demasiado tarde, el omega ya no se encontraba por ningún lugar.

Kakuzu volvió a correr de forma desesperada, ya había anochecido, y se encontraban cerca de territorio peligroso, si se quedaban mucho tiempo podrían descubrirlos.

"¿¡Dónde carajos está?!, espera un momento, ¡su olor!" el mayor cerró los ojos para empezar a detectar la fragancia del religioso.

-Por allá- el olor era débil y para empeorar la mala suerte del moreno comenzó a llover, borrando gran parte del aroma. 

-¡NO, NO, NO!- gritó Kakuzu desesperado, recargando su espalda contra una de los árboles. 

El alfa ya no estaba enojado, solo preocupado, temía lo peor, sabía que Hidan no era débil, pero también sabía que en batalla subestimaba a las personas. 

Kakuzu agacho la mirada y pudo notar que en el suelo habían unas pequeñas huellas que daban al hueco de un árbol, y entonces lo entendió, ahí estaba su fanático.

El moreno caminó con cuidado hacia aquel tronco y en efecto, ahí estaba Hidan sentado, abrazando sus rodillas, ocultando su rostro, una imagen muy triste para los ojos del mayor. 

-Hidan- lo llamó el alfa, pero al escuchar esa voz, el menor tomó su guadaña y la clavó en la entrada de aquel hueco para impedir que Kakuzu pasara.

-¡Largate, estúpido pagano de mierda!- gritó el omega a todo pulmón para luego darle la espalda.

-Hidan, basta, tenemos que irnos de aquí, este lugar no es seguro- dijo el mayor tratando de calmar las cosas.

-¡Entonces vete idiota!, ¡déjame aquí!, ¡a ti no te importo, eres igual que todos los asquerosos alfas, me ves como un recipiente para tus horribles crías!- volvió a gritar el menor, su voz ya se podía escuchar rota.

Kakuzu se quedó sin palabras, nunca pensó que a su compañero le importaba tanto su posición, siempre lo veía tan alegre y despreocupado, era difícil creer que ese chico que ahora se rompía era su fanático.

El mayor suspiro para apoyarse en aquel hueco y mirar con atención al omega.

-Mocoso escuchame, yo jamás te he visto de ese modo, nunca me importo que fueras omega, incluso recuerdo que la primera vez que peleamos sentí que estaba en problemas, deja de pensar que estas maldito, ¿acaso no dejaste la vida aquella vida porque querías ser más?- dijo el tesorero para quitarse su máscara y mostrarle una sonrisa sincera. 

Hidan observó a Kakuzu por encima de su hombro, dudó un poco, pero al final se dio vuelta para quitar de golpe la guadaña y de ese modo el alfa pudiera entrar. 

Entonces, pasó algo increíble, el castaño en un movimiento rápido jalo del brazo al menor para poder atraerlo hasta su cuerpo y darle un fuerte abrazo. 

-¿Ka-Kakuzu?- eso puso muy nervioso al omega.

-Lo lamento Hidan, por favor no vuelvas a escapar- dijo el moreno apretando más a su pareja.




















Aquí les traigo el capítulo nwn❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨ espero les guste.

Kakuhidan "omegaverse" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora