Sentimiento

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Habían pasado 2 días desde su partida, y por desgracia al inmortal se le habían terminado todas sus provisiones. 

-Kakuzuuuuuu tengo hambre- se quejó el menor mientras se recargaba en su compañero.

-Aguantate, es tu culpa por no saber racionar la comida- dijo Kakuzu apartándose del religioso. 

-¿Hay alguna aldea cerca de aquí?- preguntó el jashinista asomándose en el mapa que traía el mayor.

El alfa no quería detenerse en ningún lugar, en primera había mucho dinero en juego y en segunda podía sentir que el olor de Hidan era cada vez más dulce e intenso, lo que significaba que pronto llegaría su celo. 

-No hay tiempo para tus tonterías- dijo el moreno apretando el paso. 

Eso dejó impactado al religioso, él pensó que desde aquel rescate se había vuelto más cercanos pero Kakuzu no parecía cambiado.

Y justo cuando Hidan estaba a punto de maldecirlo, vio a un lado de él un letrero de madera con una flecha.

"Oh, hay una aldea a unos cuantos kilómetros" pensó el fanático.  

-¡Perro asqueroso, luego te alcanzo!- gritó el omega para después salir corriendo por el camino que marcaba el letrero. 

El mayor siguió caminando hasta que proceso lo que su compañero le había dicho. 

-¿¡QUÉ!?- y así, el moreno dio media vuelta para perseguir al molesto omega.

***************** 

Luego de que Kakuzu lo atrapara y le diera unos cuantos golpes en la cabeza, cedió a la petición de su pareja y lo acompañó a la aldea. 

-¡Maldito viejo hijo de perra, me dolió!- gritó el creyente sobándose la cabeza de forma exagerada. 

-Deja de llorar, no te pegue tan fuerte- dijo el castaño ya harto de su comportamiento infantil. 

Hidan decidió ignorar al mayor y enfocar su vista en el camino. 

Casi una hora después de su pleito, los renegados habían llegado a la aldea, no era muy grande pero si llamativa. 

-Compra de una maldita vez, se nos hará tarde- dijo el mayor cruzándose de brazos. 

-Eres un anciano amargado- 

Hidan miró a su alrededor y vio un puesto de brochetas, que era atendido por una humilde anciana. 

El menor se acercó para ordenar, pero la señora comenzó a hablarle. 

-¿Eres un viajero?- preguntó con amabilidad aquella mujer. 

-Algo así- contestó el religioso incómodo, no esperaba eso. 

-Entiendo, ¿vienes a ver el espectáculo de los fuegos artificiales?- 

-¿Fuegos artificiales?- el menor no entendía nada de la conversación. 

-Es un hermoso escenario, el cielo se ilumina de muchos colores y cuenta la leyenda que si los ves con esa persona especial, sus sentimientos por fin se conectarán- explicó la anciana con una tierna sonrisa. 

"¿Esa persona especial?" penso el fanático mirando a lo lejos a su moreno. 

Hidan tomó la orden y caminó hacia el mayor, pensaba que esta podría ser una buena oportunidad para aclarar su relación con el alfa, pero, ¿cómo lo convencería de que se quedaran esta noche?. 

-Listo, regresemos- dijo Kakuzu al ver que el menor traía su comida. 

-¡Ah!, ¡Kakuzu espera!- gritó el jashinista impidiendo que el mayor se moviera.

Kakuhidan "omegaverse" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora