Secuestro

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Los días pasaron, algunos se fueron volando y otros parecían eternos gracias a ciertos omegas que no dejaron de pelear.

Pero gracias a Jashin-sama los renegados estaban cerca de su destino.

-Solo debemos cruzar ese puente y estaremos dentro del país del fuego- les informó el Uchiha. 

El puente era enorme y abajo de él había muy poca agua, cosa que llamó la atención de Itachi.

Todos empezaron a caminar de forma tranquila, pero algo en el ambiente no se sentía bien.

-¿Es idea mía o algo nos observa?, hm- dijo el rubio mirando alrededor. 

-Si, parece que hay alguien más por aquí-el moreno tenía un mal presentimiento.

-Vamos chicos, mientras estemos juntos, dudo mucho que nos ataquen- dijo Kisame tratando de calmar a sus amigos.

-Tiene razón, solo acabemos con esto- el pelirrojo tenía preparada una de sus marionetas debajo de la manga.

Luego de que todos cruzaran el puente, tomaron un camino donde sólo había rocas y árboles quemados, como si una batalla se hubiera desatado. 

-Qué camino tan feo, a Tobi le empieza a dar miedo- dijo el enmascarado pegándose al artista. 

Deidara estiró su brazo para alejar a Tobi y se percató de algo, desde que llegaron al puente Hidan no había dicho ni una sola palabra, solo se movía con una expresión seria. 

-Oye idiota, ¿te pasa algo?, hm-el rubio se acerco su amigo. 

-Huele extraño- respondió el religioso, frunciendo el ceño. 

-¿Cómo que?, hm- 

-No lo sé, pero me da escalofríos- dijo el fanático, haciendo que Deidara tratara de oler el lugar, pero solo podía persivir la fragancia de sus compañeros. 

-Oigan ustedes dos, ya no hablen tanto porque- pero Sasori no pudo terminar aquella frase, ya que varias bombas explotaron alrededor del grupo, haciendo que se separaran. 

-¿¡Se encuentran todos bien?!- gritó el tesorero tratando de apartar el humo. 

-¡Si!- dijeron al mismo tiempo Kisame, Sasori e Itachi. 

-¡Tobi está bien, Tobi solo se estrelló contra un árbol- también gritó el buen chico acomodándose su máscara. 

Una vez que el humo se dispersó, fue cuando el pánico se apoderó de los alfas. 

-¿¡Donde está Hidan?!- el moreno estaba en shock. 

-¡Tampoco está Deidara!- el pelirrojo estaba en las mismas. 

Los mayores se separaron para buscar a sus compañeros. 

Itachi también quiso salir corriendo pero al momento de moverse vio un símbolo en el suelo y de inmediato entendió todo. 

-¿Qué es eso Itachi-san?- preguntó el tiburón. 

-Deidara y Hidan están en peligro- dijo el Uchiha, mirando a su compañero con preocupación. 

***********************

En algún extraño y oscuro lugar, se encontraban desmayados los omegas de Akatsuki. 

Con mucha dificultad, el jashinista empezó a abrir sus ojos y sintió que todo le daba vueltas. 

"¿Donde carajos estoy?" pensó el fanático tratando de levantarse pero al hacerlo vio que sus pies estaban con cadenas y sus manos se encontraban atadas en la espalda. 

-¿¡Qué demonios!?- gritó Hidan sentándose, tratando de liberar sus manos, pero fue inútil. 

-Ya lo intente, si te jalas más te romperás las muñecas tarado, hm- se escuchó la voz de Deidara al lado del religioso. 

-¡Rubia!- habló Hidan un poco aliviado. 

-¿Qué clase de lugar es este?, hm-preguntó el artista asqueado por las condiciones. 

-En este lugar se hacen los negocios-

Y de repente, salió entre las sombras una mujer, por su apariencia se podría decir que apenas estaba en sus treinta, vestía un elegante vestido rojo tinto, tacones y su cabello era lacio, le llegaba hasta el final de su espalda, tenía un tono oscuro. 

-Solo miren que tenemos aquí, si que son lindos- dijo aquella extraña mujer mientras se relamía los labios. 

Deidara y Hidan intercambiaron miradas algo incómodos, ellos esperaban a un grupo de ninjas o por lo menos a un engreído que viniera a darles un sermón. 

-¿Qué pasa dulzuras?, ¿el gato les comió la lengua?- la chica se estaba divirtiendo. 

-¡Mira estúpida perra, no tenemos tiempo para estos juegos, desatanos y- pero el religioso volvió a percibir aquel extraño olor. 

-Esto es, no, no lo creo- dijo el fanático con asombro. 

-¿Qué te pasa?, hm- 

-¡Ella es un alfa!- gritó Hidan asustando a su amigo. 

-¿¡Un alfa!?, ¿¡eso es posible?!- 

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Dato: 

A comparación de los omegas, las mujeres alfas nunca fueron comunes, los casos que se dieron fueron muy raros. 

Por desgracia para ellas les era casi imposible conseguir parejas, ya que los alfas varones siempre las privaba de eso, pero les demostraban respeto en el campo de batalla, después de todo, pertenecían a la casta más alta.  

Kakuhidan "omegaverse" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora