CAPÍTULO 1 LA FLOR QUE FLORECERA

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Estaba caminando por los pasillos del hospital, llevaba 32 horas sin descansar el día estaba agitado entre papeleos y operaciones pero todo empeoró cuando por fin note la causa de mis dolores de cabeza, habían pocas enfermeras y doctores en el lugar.

Desde que llegué de la misión, donde mi mejor amigo abría los ojos y se quedaba con la chica que en verdad amaba, me interné en el hospital tratando de reprimir toda la envidia que sentía, me llenaba: Me había dado cuenta que todos mis amigos poco a poco estaban formando sus propias familias.

Mientras que yo solo esperaba al chico que alguna vez llamé compañero y amigo en realidad nada me garantizaba que él volvería y mucho menos que lo haría para iniciar una relación conmigo auqnue me ilusionara era algo con lo que no debía soñar, no al menos constantemente.

Y aunque eran muchas las veces que soñaba con que él cruzaría pronto esas dos puertas, no dejaba de pensar que tal ves lo rechazaría, ya había pasado mucho tiempo y yo no me hacia joven.

-¿Que buscas Sakura? - prehunto mi maestra parada desde la puerta de mi oficina, habia realizado un latgo vuahe y era hoy cuabdo la volvia a ver.

-Tsunade-sama-la recibo con un gran abrazo que hace que ella olvide momentaneamente todo el alboroto que hay afuera-me alegra tenerla aquí de vuelta.

-Solo vine por un corto tiempo- restó sin importancia mientras ambas nos acamodabamos en la pequeña salita que tenía en mi espacio -No se si sean imaginaciones mías o me pareció notar que los pasillos estaban vacios.

-Están de vacaciones-respondí rápidamente evitando su mirada.

-¿La mayoría?

-Tsunade-sama, quizá no lo sepa. Pero se han dado muchas bajas en estos últimos meses.

-Porque no me das la cara -Preguntó.

-Yo... -intento hablar pero la mirada fria de ella me lo advierte , eres una mujer hecha y derecha dime las cosas de frente.-Es mi culpa.

-No es tu culpa Sakura-me intento consolar después de un corto tiempo, contra todo pronostico ella no se me habia lanzado encina como imagine. -en todo caso sería la de Shizune-meditó -le dije a esa tonta que te ayudara y que por ningún motivo dejara que te sobrecargaras de trabajo.

-yo no estoy cansada-intento restarle al problema pero ella lanza gruñido de forma tan escalofrinate que dejo de hablar inmediatamente, a veces se tenía que andar con cuidado si estabas en presencia de Lady Tsunade, por no decir la mayoría del tiempo.

-Dicelo eso a tus ojeras niña.

Nerviosa respondí con una pequeña sonrisa mientras me frotraba disimuladamente la espalda, sin duda los días en el hospital habían hecho estragos y mi cuerpo lo empezaba a resentir, tendría que aceptar la ayuda de mi maestra, si no quería terminar en la cama con una orden de reposo.

Luego de la visita de mi maestra, decidí salir del hospital, siendo casi la última. No había problemas pues desde hace meses que ya no vivía con mis padres, quienes vivían lejos de la aldea, ahora en la costa. Tenía toda la casa para mi sola y vacía.

En el camino pense en todo lo que había pasado y estaba ocurriendo, deseando inconscientemente que ese amor de juventud aún presente, estuviera allí. Pero entonces sentí un golpe en la parte baja de mi cabeza pero también como me tiraron al suelo jalando del cabello, molesta y asqueada al darme cuenta de lo que me iban a hacer si no detenia esto pronto, no lo pensé e inmediatamente con mi rodilla golpeé al sujeto, quien adolorido me soltó por un momento, lo aparte de un golpe y cuando estaba empezando ya a levantarse, el hombre me jalo del pie, intente liberarme con una simple patada pero mi cuerpo ya no daba pafa más, todas esas horas en el hospital me habían dejado sin fuerzas, tanto asi que lanzae un simple puño me romperia los huesos o al menos me dejaria un inmenso dolor.

Siempre Fuiste Tu✔️(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora