°Capítulo 11°

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Cuando vio como Naruto y Hinata entraron por el pasillo como una pareja casada, se preguntó si ella y Sasuke también se verían así, pero cambió de idea rápido al darse cuenta que Sasuke no era de esos, por mucho que ella se lo rogara para su propia boda, no lo lograría. Resignada supo que era un hecho  que ella nunca llegaría a organizar un gran evento como aquel, pero cuanto daría por ver alguna vez a Sasuke vestido de traje.

Con eso en mente, divertida imaginando la posibilidad de que sucediera, se dirigío hacia el centro, para felicitarlos, terminada la ceremonia. Aún quedaba la reunión que sería en uno de los campos a las afueras de la aldea y ella iba vestida para la ocasión con un vestido rosa que había sido un regalo de sus amigas por su regreso a la aldea. Pero se sentía sola y pensaba que tal ves debió insistirle un poco más pese a lo que pasará, recordando además la cara de tristeza de Naruto al decirle que Sasuke no vendría.

—Porque no te unes al baile —Preguntó   una voz a su lado luego de que estuviera sola en aquel lugar alejado.

—Demasiada gente para mi gusto

—Crees que te pisaran.

—No es eso.

—Entonces —preguntó este  intrigado.

—Me verian como a un bicho raro —señaló mientras evitaba su mirada, atenta en sus amigos a lo lejos.

—ya veo—meditó antes de tender una mano en su dirección—yo seré tu pareja entonces.

Sakura inmediatamente movió la cabeza sorprendida por la actitud de él.

—Porque la cara—dijo mientras seguía con la mano en el aire.

—No lo se, dímelo tú

—Sakura, mi mano se cansa.

—Gomen, es que se me hace muy raro verlo así —respondió mientras lo señaló entero y aceptaba su mano.

—Es una fiesta, naturalmente se hace esto—se excusó kakashi divertido guiandola hacía la pista de baile.

—Si, pero no en usted sensei.

—Estoy envejeciendo, supongo—respondió agarrando a Sakura por la cintura y comenzando con el pequeño baile lento, llamando la atención de los que lo rodeaban pues generalmente el hokage no solía hacer ese tipo de cosas frente a las demás personas.

—Baila bien—señaló Sakura luego de un momento en silencio.

—Practique.

—No lo creo. Usted practicando ¿algo?—Preguntó divertida imaginandolo.

—Si yo también me sorprendí

—sea como sea, baila muy bien.

—Tan bien que podría pisarte en cualquier momento.

—Atrévase —lo retó divertida al ver la facilidad que su ex- sensei tenía en el baile.

—No me tientes—respondió haciendo que Sakura riera  llamando la atención de todos.

—Sakura—llamó, cambiando su actitud.

— ¿Si?

—Porque el apuro en irte luego de la fiesta —preguntó en un susurro cerca de su oído.

—No podía quedarse con la duda, ¿no? — señaló mientras vio como se  rasca a la quijada por encima de la máscara.

—Soy el Hokage naturalmente, tendría que saber todo lo concerniente a mi aldea — dijo—y una de ellas es tu viaje.

—Tan astuto como siempre —habló entre un suspiro resignada al no poder evadir su pregunta.— Cuando le conviene, claro esta

—Vamos, vamos, soy todo oídos.

—Chismoso es lo que es. — respondió antes de empezar a contarle la promesa de Sasuke, que básicamente le había impuesto ella.

—Muy desesperada, ¿no? —preguntó preocupada.

—Hiciste bien—observó mientras ambos se alejan de la pista.

—Ahora me dirá que es cupido.

—No, pero si seguían como estaban, era muy pobrable que se casarán dentro de 10 años.

—Lo mismo le dije yo.—dijo divertida al recordar la reacción del azabache.

—Supongo que te veré dentro de un largo tiempo—preguntó triste.

—Naturalmente— dijo devolviéndole el gesto, los extrañaria —Si es que llegó a tiempo.

—Cuidense—dijo haciendo ovbia su respuesta a las palabras de Sakura. —por favor

— Usted también sensei— le dijo mientras se despedian en un corto abrazo.

—y Sakura—la llamó de espaldas—feliz cumpleaños —con una mano al aire, se despidió.

—Arigato—pronunció ida sin entender.

Pero al rato horrorizada recordó que ese día cumplía años. Se reprochó a sí misma por olvidarlo, recordando además que el regalo y las atenciones de sus papás en la mañana, eran por eso, no se quejaba que nunca lo hicieran, solo que hoy fue un poco más inusual de lo normal. Pero además también, supo que ese era el principal motivo por el que él la esperaría, sólo deseaba poder llegar a tiempo.

Desconcentrada y con la mirada en sus compañeros, escucho el sonido de un halcón muy cerca para su preferencia, pero al ver que este venía en su dirección dispuesto a descansar sobre ella, elevó una mano para que la ave reposara, pero esta solo se quedó quieta hasta que divisó el pequeño pergamino que traía consigo en una de sus patas, cuando la tomó entre manos, la ave tomó vuelo desapareciendo en el horizonte. Solo conocía a una persona con ese contrato.

Felicidades

Y definitivamente tendría que salir de allí cuanto antes para encontrarlo.


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