¿ESTOY ENCERRADA?
—Ehm...— rió un poco nervioso.- ¿Qué está pasando Alissa?- preguntó entre dientes.
—Nada.
Se escucharon los gritos de los alumnos del colegio militar que estaban corriendo por los alrededores. Alexis cruzó las miradas con Alissa y Kail. Sentía que estaba en el mismo purgatorio.
—Hola, Alexis, ¿cómo estás?— preguntó Kail, con una sonrisa maliciosa.
—¿Lo conoces?— preguntó Alissa, con un tono firme.
Estaba en un interrogatorio incómodo, su deseo exclusivo para este momento era desaparecer. Ni siquiera recordaba por qué estaba en la enfermería.
—Primero: Bien, un poco mareado, pero bien. Segundo: Sí, es mi compañero de trabajo de medio tiempo, te hablé sobre él hace unos días, ¿recuerdas?— explicó.
Las mejillas de Alissa se tornaron de un color rojizo, no quería admitir que no le había prestado atención. Y Alexis le daría un sermón por aquello.
—Ah, sí, claro que lo recuerdo- dijo volteando al lado contrario.
Una persona abrió la puerta de la enfermería, y apenas Alissa vió su rostro, recordó a la chica estrambótica que conversó con Álex en el parque.
—¡Hola! No pensé que te encontraría aquí— se dirigió a Alexis, con una sonrisa de confianza.
—¿Hermana?— preguntó Kail
Él la miró con extrañeza.
—¿Te conozco?— preguntó arqueando una ceja y formando una mueca extraña con sus labios.
Alissa se acercó rápidamente a Alexis y le tapó la boca, para que no dijera más de lo que ya había dicho.
—Disculpa, él es un poco...— dijo mirándolo furtivamente.
—Tranquila, no me molesta y hola hermanito, qué haces aquí.— sonrió.
—Se supone que estabas en tus clases de piano clásico— dijo empujándola hacia fuera.— Perdonen, en un rato volvemos.
Salieron con suma tranquilidad. El momento bizarro volvió a la normalidad, Alissa y Alexis se dieron a repeler con un claro “Hmp” como tales niños que no eran.
Mientras tanto, Kail lidiaba con su escurridisa hermana menor. Que no aparentaba la edad que poseía.
—“¿Qué haces aquí?” La pregunta no es esa, Yanaí, tú qué haces aquí— dijo con clara molestia.
Ella sólo estaba distraída mirando sus uñas perfectamente pulidas. Su histérico hermano era insoportable, por eso no le daba importancia a sus palabras.
—Te lo explicaré, vengo a charlar con el director de este colegio para poder elaborar un concurso de belleza en estas instalaciones— dijo haciendo un ademán con sus manos.
—No es tiempo para pensar en concursos de belleza, si nuestros padres se enteran, sabes lo que pasará— dijo resaltando lo último.
En sí, sus razones eran correctas, debía seguir al pie de la letra, las reglas de sus padres. Eran la familia perfecta y si los medios se enteraban que Yanaí, siendo una Evergreen, sólo pensaba en concursos de belleza sin otra meta en la vida, se mudarían a otro país. Como casi la mayoría de veces sucedía.
Y no debía darse el lujo de irse a otro país, cuando ya había formado planes en este.
—Sí, entiendo— puso los ojos en blanco.— Adiós, mi mánager está buscándome. Y ya sabes cómo es si no me encuentra a tiempo— le guiñó un ojo a Kail.
Ella se fue contorneado sus caderas, mientras se pasaba un labial rojo.
Kail regresó a ver qué hacían Alissa y Alexis, todo debía ir de acuerdo al plan ya hecho por él.
Abrió la puerta de la enfermería, encontrándose con ambos dormidos lado a lado. Su paciencia se acababa, sólo los dejó, no se podía dar el lujo de quedarse con ellos. Sus clases eran más importantes que un plan perfectamente estructurado, o eso quería creer.
Con el término de las clases, Alissa despertó, y también Alexis. El sueño profundo que tuvieron, no se arrepentirán de haber faltado a clases, eso era seguro. Alissa debía cocinar en su casa, así que despidió a Alexis, básicamente lo dejó en la enfermería, solo.
Alissa se sintió un poco solitaria, era común que Álex la siguiera cada vez que salía del colegio. Su caminar fue lento e inseguro, vigilaba detrás suyo, por cada minuto, el miedo la invadía.
Pasó cerca a un callejón obscuro, nada sospechoso si era de mañana y el sol en parte lo iluminaba.
Alissa no le dio importancia a aquel callejón, a pesar de su apariencia rara. Equivocada sensación.
Una persona le tapó la boca con un pañuelo que tenía un supuesto somnífero. Lo que la durmió instantáneamente.
Tic toc, un reloj se escuchó. Su vista era nublada, yacía en un lugar siniestro lo que era peor. No podía decir palabra alguna, su garganta le dolía profundamente, su voz no salía. Estaba en una silla, que tenía la finta de ser eléctrica, se encontraba atada con firmeza a esta. Una silueta que parecía de varón, se le acercó, su suerte tal vez no iba de mal en peor, ya que, esa persona era Álex.
—Bienvenida, princesa— le dedicó una sonrisa macabra.
Alissa quiso gritar con todas sus fuerzas, pero de nuevo su voz no lograba salir.
Se le acercó con pasos lentos, hasta quedar de cuclillas cerca a ella. Tomó suavemente sus mejillas sonrojadas y las acarició con afabilidad.
—No te preocupes, no te haré daño, esto es por tu bien— dijo con tranquilidad, repasando sus labios con el pulgar.
Detrás de ella había un set de cuchillos, líquidos extraños, tijeras quirúrgicas, entre otros. En el suelo, la sangre estaba a su alrededor, junto a algunos cabellos, que tal vez eran de sus víctimas. Alissa nunca antes había leído o visto algo así, ni en sus libros.
Sus ojos se llenaron de lágrimas que amenazaban con salir, pero resistió. Si hoy era el día de su muerte, entonces lo aceptaría con calma. Así lo decidió.
—Pronto, podrás hablar, el efecto del líquido que te hice beber mientras estabas dormida acabará en cinco minutos— se paró y caminó por detrás de ella.— Oye, qué prefieres, cuchillos o tijeras.— preguntó sosteniendo ambos en cada mano.
Ella no podía hablar y él lo sabía. Pero de igual manera le preguntó. Alissa sintió que su voz se aclaraba, ya no sentía un dolor desgarrador.
— Yo elegiría ambas— dijo una voz lejana.— Claro que si somos realistas, en el juego sólo se eligen piedra, papel o tijeras.
Álex volteó con un semblante tosco para ver a esa persona. Su silueta parecía a la de una niña, con cada paso que daba se podía ver claramente una parte de su rostro.
— ¿Qué haces aquí? Se supone que hoy estarías en tu dormitorio.
— Es aburrido, y más si tú no estás conmigo, hermano.
Lamento la demora, este capítulo fue hecho por mí “yo” inconsciente, literalmente.
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Haré de ti, lo mejor que pude soñar © [PAUSADA]
Mystery / ThrillerCréditos de esta hermosa portada a @carlos_macias01 ✨ Hija del difunto líder de la pandilla más famosa de la ciudad, Alissa, una chica con problemas con el control de su ira. Un asesino en serie que puede ser dos personas al mismo tiempo, y su debe...