(Este capítulo les resultará extraño, pero con el tiempo tendrá un hilo con la historia, ya lo verán)
Ajedrez
¿Qué? La niña dijo que él era su hermano. Pero eso era lo de menos, por qué ella no se sorprendió al verla atada en una silla eléctrica. Una niña "común" estaría asustada y escaparía.
Ella giró su vista hacia Alissa, y soltó un audible "tsk".
— Tú limpias la sangre, ¿entendiste?
— Ella no será una de mis víctimas, ya vete, no te necesito— agitó su mano, como si ella fuera un perro del que quería deshacerse.
— Qué feo tu corazón.— se cruzó sus brazos.
— Sí, sí, ¿ya te vas?— dijo sarcástico.
La niña asintió con molestia.— Sí, ¡PERO SÓLO SI LA CHICA EXTRAÑA SE VA EN ESTE MALDITO MOMENTO!— gritó con todas sus fuerzas.
¿Qué modales enseñan a los niños, hoy en día? Está pregunta estaba redundando en la cabeza de Alissa.
Como aún no conseguía controlar su ira, apretó sus dientes con mucha fuerza, considerando el estado en el que estaba, no sería muy inteligente decir: "MALDITA NIÑA, LÁRGATE A JUGAR CON TUS MUÑEQUITAS Y DEJA DE JODER, ¿ENTENDISTE?". Debía expresarse de forma tranquila y razonable. Las palabras lo solucionan todo.
— ¡Ella no se va de aquí y punto!— expresó con un poco de tranquilidad.
— Uhh. — empezó a sollozar.
— ¡Argh!— gruñó.— No empieces de nuevo. Por cosas como esta, es que no quiero tener hijos.— revoloteó su cabello, frustrado.
Alissa veía la discusión con una sonrisa desanimada. Ya entendía por qué sus compañeros odiaban tener hermanos, no los culpaba, los niños a veces pueden ser "inentendibles" (así era para ella).
Aprovechó la discusión de los hermanos, para intentar zafarse de la cuerda que la mantenía atada en la silla. Claro que no era fácil si sus piernas también estaban atadas de la misma manera. Con sus intenciones, lo único que logró fue que sus muñecas sufrieran varios raspones y magulladuras, además de que los hermanos pospusieron su discusión, porque el movimiento de la silla proporcionaba un ruido que era fácil de escuchar.
— ¿Acaso intentas escapar?— se acercó , quedando a escasos centímetros de ella, y esbozó una sonrisa macabra.
Alissa levantó la vista con lentitud. La mirada de Álex dio un cambio rotundo, parecía capaz de matarla en ese mismo instante.
Apretó sus labios resecos con firmeza, ocasionando que la herida poco visible que se hizo hace unos días, se abriera. La sangre brotó hasta su mentón, dejando caer pequeñas gotitas al suelo.
— Alissa, te quiero, no te hagas daño por favor, tus labios son hermosos.— acarició con su pulgar lo mencionado, limpiando así, la línea de sangre que dejó su herida.
La niña se fue, dando pasos silenciosos. No quería presenciar la funesta escena, de entre tantas que ya había sido espectadora.
— Álex, dime, por qué... — gotas de lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.— : haces esto.
— Ya te lo dije, para protegerte. — palpó con sus manos, las mejillas de la pelinegra.
Ella no sabía qué hacer sentía una mezcla entre temor y odio. Nunca pensó que su acosador sería capaz de secuestrarla, porque la amaba. Pero todo es posible si este es un asesino serial.
En su mente, le invadió la idea de morir. No quería morir de esa manera, aún le quedaba mucho por vivir. Pero lo que más le preocupaba era el hecho de que si ella moría su madre se quedaría sola, y aún no lograba superar la muerte de su padre. En esos momentos, debía estar ahí para ella.
— Pero... — su voz se escuchó quebrada.— ¿Mi madre? Qué pasará con ella. Si me demoro mucho en llegar a casa, entonces.— no logró terminar su monólogo porque fue interrumpida por Álex.
— Tranquila, no le haré nada, y no te preocupes, yo ya me encargué de eso. Resulta que me llevo bien con tu madre, así que le dije que estarías en casa de una amiga por aproximadamente tres días seguidos, e irías al colegio normalmente.— explicó.
Su rostro fue inundado por una expresión de asombro, cómo podía llevarse bien con su madre. Ella no era de las personas que se llevaban bien con cualquiera, él debía ser especial para que la madre de Alissa le tuviera confianza.
— Bueno, cambiando de tema, desde hoy jugaremos por un corto tiempo, ¿bien? — recuperó su postura y fue por un lugar detrás de ella, tomó asiento cerca a su estuche de cuchillos y mechones.— Te enseñaré el arte de matar.— canturreó con pasividad.
Su mente se nubló por completo, sólo quería gritar, y lo intentó, pero no fue escuchada por nadie, Álex le dijo que estaban muy lejos de la civilización, y que a pesar de que soltará el grito más fuerte de todos, no se escucharía.
Al lado de Alissa, había un reloj, y cerca de este, una mesa, en la que había una llave oxidada, pero con unos detalles preciosos a la vista. Y debajo de la llave, se podía ver una pequeña tira de hoja de papel con unas palabras escritas, y también vio que la puerta tenía un diseño parecido al de la llave, era la única forma de abrir la cerradura.
— Suéltame, te lo ruego.— suplicó.— Te prometo que no me iré, sólo desátame de esta silla y listo. Estaré aquí, a tu lado.
— Esa llave no abre ninguna puerta.
Su cuerpo se estremeció por un segundo, supo su plan desde el principio. Sólo le quedó fingir que su idea fue errónea, pero más que nada, recordó que él la amaba, entonces recurrió a su poder de convicción.
— Eso no... — suspiró profundamente.— ¿Qué jugaremos?
La pregunta hizo que él volteará rápidamente su vista hacia ella. Con una sonrisa de lado, que en vez de parecer cautivadora, era tenebrosa. Qué pasaba por la mente de Álex, sus expresiones no demostraban nada.
— ¿Sabes jugar ajedrez?— preguntó, con cierta duda.
Alissa no entendía por qué necesariamente ajedrez, aunque sí, sabía jugar ajedrez, su padre le enseñó a los seis años, desde entonces era una experto en ello.
— Sí, ¿por?
— En el ajedrez la pieza más importante es la reina, si ella muere o está en jaque, entonces el juego se acaba, sólo hay un ganador.
—Sí, lo sé, pero qué... — iba a preguntar la razón del por qué le decía eso, pero Álex se adelantó a responderle.
— En este ajedrez, hay más de dos jugadores, tú eres mi reina, debo protegerte incluso si eso significa sacrificar mi pieza. Ahora mismo el juego ha iniciado, cada uno mueve sus piezas, tratan de destruirse unos a otros, si escapas ahora terminarás el juego, Bleiz.— susurró cerca a su oído interno.
En qué situación se había internado. Si ella era la reina, los demás jugadores harían lo imposible para matarla.
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Haré de ti, lo mejor que pude soñar © [PAUSADA]
Mystery / ThrillerCréditos de esta hermosa portada a @carlos_macias01 ✨ Hija del difunto líder de la pandilla más famosa de la ciudad, Alissa, una chica con problemas con el control de su ira. Un asesino en serie que puede ser dos personas al mismo tiempo, y su debe...