3: Primeras veces

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***Nota:

¡Siento mucho el retraso! Trataré de que no pase de nuevo pero no puedo prometer nada, porque tengo que ver algunas cosas que pueden hacerme tardar más en publicar. Intentaré mantener mis actualizaciones los domingos, pero si no ven nada, no desesperen porque solo significa que me retrasé un poco. 

Por cierto, no se hagan muchas ilusiones con el título, creo que encontrarán lo contrario a lo que esperaban. Por favor no se enojen (?).

***

Lan SiZhui se despertó al escuchar algo chocando dentro de la habitación. Cuando se giró al lugar de donde provenía el ruido, divisó a Lan JingYi de pie junto a la puerta abierta, sobándose la pantorrilla y maldiciendo por lo bajo.

—¿JingYi, qué estás haciendo? —le preguntó, incorporándose en la cama.

Su amigo lo miró sorprendido, como si estuviera haciendo una travesura y lo hubiesen atrapado en el acto. Lo vio girar su cabeza un par de veces, confundido, y luego voltear a la salida. Se percató de que quería correr y se apresuró para sujetarle el brazo con fuerza, impidiendo que se fuera.

—¿Por qué huyes? —le preguntó entre molesto y cansado, pero el más revoltoso de los dos permaneció en silencio sin verle a la cara—. JingYi, habla conmigo.

El aludido no sabía qué responder. ¿Por qué SiZhui no podía dejarlo en paz, y marcharse con su joven amante de una vez por todas? ¿Tenía que hacerlo sufrir así?

SiZhui siguió presionándolo contra la pared, ahora con las dos manos, impidiéndole hacer cualquier movimiento.

—Has estado actuando muy raro estos días, ¿ahora ni siquiera me diriges la palabra?... JingYi, ¿por qué te alejas de mí? ¡Responde! —le medio gritaba. No entendía por qué el chico más revoltoso de toda la secta actuaba así. No comprendía qué le había hecho para que lo despreciara de esa manera.

—¿Que yo me alejo de ti? ¡Debes estar bromeando! —le gritó JingYi, furioso como  nunca lo había visto antes—. ¡Eres tú el que se alejó de mí hace mucho! Cazando siempre junto a Hanguang-Jun, el señor Wei y el joven Jin. Ni siquiera cuando están en el Receso de las Nubes te acercas a mí, paseando y entrenando a toda hora con Jin Ling, dejándome solo. ¡¿Y soy yo quien te abandonó a ti?!

—¿Por qué siempre metes a Ling en nuestras conversaciones?, ¿acaso te hizo algo para que lo desprecies tanto? —contrarrestó SiZhui, enojado con su amigo por actuar de esa forma. ¿Por qué le molestaba que pasara su tiempo con Jin Ling?

—¿Ahora es "Ling"? —preguntó incrédulo JingYi, hastiado ya de toda la situación—. ¡Pues ve con él si es tan importante para ti!, ¿para qué pierdes tu tiempo conmigo?

SiZhui se quedó en silencio, impresionado por las palabras de su amigo. Momento que aprovechó JingYi para soltarse de su agarre, y escabullirse con prisa fuera de la habitación. Lo vio correr rápidamente y volvió en sí, dejando el cuarto con la intención de seguirlo. Pero ya era tarde, el revoltoso joven estaba muy lejos.

—¡JingYi!, ¡JingYi! —lo llamó  gritando, sin importarle romper las reglas. Estaba ansioso como nunca antes, por primera vez sentía un peso en su pecho que no lo dejaba en paz. Necesitaba arreglar las cosas con su amigo antes de irse, pero ya había desaparecido de su vista y no sabía donde buscarlo. Si el más revoltoso de la secta no quería ser encontrado, nadie lo hallaría.

SiZhui pasó todo el desayuno buscándolo con la mirada, pero no lo encontró. Incluso cuando estaban en la entrada de Gusu seguía buscando, pidiéndole a Hanguang-Jun y Wei WuXian que esperaran un poco más. "Solo un poco más", les decía, con la esperanza de que JingYi apareciera por los pasillos y fuera a despedirse de él, a pesar de su discusión. Pero nunca apareció.

La Perla de GusuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora