Lan XiYue caminaba con rapidez, inquieto ante la repentina reunión que le había pedido su madre. Todos los meses la visitaba para pasar una tarde en familia junto a su hermana, y de vez en cuando, pasaba a beber el té con ella. Pero las juntas en familia eran siempre el antepenúltimo día del mes, y cada visita era previamente agendada. Cuando solicitaban su presencia de manera urgente, nunca era por buenas causas.
El Ala Femenina se parecía mucho al Ala Masculina, pero tenía leves diferencias con ésta. En este sector, la biblioteca principal estaba cerca de la entrada, y los salones de clases se distribuían alrededor de ésta. Los dormitorios, tanto de discípulos internos como externos, estaban mezclados, sin hacer grandes diferenciaciones. Incluso las piezas de las ancianas y maestras estaban muy cerca de los otros dormitorios. En esta ala no había una cascada, pero sí un gran lago de aguas cristalinas y frías que ayudaba a mejorar la cultivación.
Rara vez los cultivadores de ambas alas podían juntarse, solo en eventos muy excepcionales, por lo que varios discípulos sin parientes en el Ala Femenina, no lo conocían. Lo mismo ocurría con las jóvenes estudiantes de Gusu. Los más curiosos, por supuesto, eran los discípulos externos, muchos de los cuales incluso creían que no existía el otro género dentro de la secta.
XiYue recorrió los pasillos sin problemas, caminando por los lugares menos concurridos para evitar retrasos. Cada vez que un hombre de la secta visitaba el Ala Femenina, debía llevar consigo un permiso especial o ser escoltado por una de las discípulas. Como XiYue era el hijo de una de las cultivadoras de la secta, y hermano de una maestra de Gusu, poseía un pase especial que le permitía ingresar cuando quisiese a esta Ala. Una muestra de confianza por parte de las cultivadoras, que aún así eran recelosas, por lo que la joven perla solo iba en las fechas establecidas, tal y como dictaba el consejo de ancianas con familiares masculinos de la secta. Por ese motivo, aunque las discípulas de Gusu reconociesen a XiYue, no podían evitar preguntarse cuál era el motivo de su visita.
XiYue escogió los caminos más silenciosos y escondidos a propósito, y con la suerte de su lado, pudo llegar a la habitación de su madre sin ser cuestionado por ninguna de las pocas discípulas que se encontró en los pasillos. Golpeó la puerta levemente y, cuando una voz le respondió, ingresó a la habitación.
—Madre, he llegado —hizo una reverencia y fue a sentarse a una pequeña mesa puesta a un costado de la habitación.
—Hola, A-Yue... —lo saludó su hermana, con un amago de sonrisa. Por su expresión, adivinaba que el asunto a tratar era más serio de lo que imaginaba.
—Bienvenido, hijo —lo recibió su madre, acariciando su mano a través de la mesa.
Lan MinNue sirvió té en una taza y se la ofreció a su hermano, junto con unos pastelillos que tenían servidos. El líder de las perlas aceptó ambos y permaneció en silencio, esperando a que una de las dos mujeres comenzara la conversación.
Madre e hija intercambiaron una mirada cómplice, pero fue la progenitora de ambos quien habló.
—Supongo que ya imaginas el motivo por el que mandé llamarte A-Yue.
Lan XiYue tomó un sorbo de su té y bajó la taza. No quería admitirlo ni para sí mismo, pero ya sabía el motivo por el que había sido requerido.
—Es por la sucesión de la secta.
Lan QiangTao asintió. Su hija se revolvió incómoda a su lado.
—Las ancianas del Ala Femenina ya decidieron su respuesta, y lo harán oficial mañana en la gran discusión de Ancianos Mayores de la secta —explicó MinNue, mirando directamente a los ojos de su hermano.
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La Perla de Gusu
FanfictionDesde que era pequeño Lan JingYi había estado junto a Lan SiZhui, aprendiendo, entrenando, recibiendo castigos, peleando. Siempre pensó que seguirían así, siendo mejores amigos y enseñando a las nuevas generaciones de cultivadores de Gusu juntos. Ha...