Capítulo 14

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Apretó con fuerza la correa de su mochila a la par que caminaba mirando al suelo. Totalmente sumida en sus pensamientos, seguía andando con su corazón latiéndole a mil por los nervios.

Por más que lo pensara, más se convencía de que podría ser una mala idea y tal vez si lo sea. Pero no quería que se volviera a repetir, no de nuevo. Ha pasado por tanto que volver a sentir toda esa impotencia, humillación, miedo y tristeza… Ya no podría soportarlo.

Cambió y pensaba demostrarlo. Todo ese dolor que tuvo que soportar, sirvió para que ahora sea una persona distinta así que iba a hacerse ver de esa manera. Aunque le era imposible no rememorar todos esos momentos y volver a recordar todos esos sentimientos que alguna vez la hicieron tan infeliz.

Cerró sus ojos respirando profusamente. Ya era el receso, así que se dio la libertad de disfrutar del aire fresco y la tranquilidad de no estar tan al pendiente de sus estudios. Su paz iba a seguir hasta el final, de no ser porque sintió un empujón que la hizo dar varios pasos atrás.

—¿Qué pasa? —preguntó en un murmuro dándose vuelta para ver quien la había empujado.

En cambio, lo vio a él. Su sonrisa divertida era algo que nunca podría borrar de su mente.

—¿Por qué me empujas? —interrogó.

Sin embargo él no dijo nada y simplemente siguió sonriendo, como si estuviera viendo algo muy gracioso. Ella lo miró incómoda, pero decidió ignorar al sujeto por lo que se dio la vuelta para seguir su camino.

—¡Ay!

Nuevamente fue empujada, pero esta vez más fuerte, casi como para echarla en el suelo y hacerla aterrizar de cara contra el duro pavimento del patio de su antiguo colegio.

Nuevamente encaró al chico, ella con el ceño algo fruncido y él aún con esa detestable sonrisa.

—Oye, ¿qué te pasa? Deja de empujarme o le diré a la maestra —amenazó ya algo asustada por la actitud contraria.

—¿Qué? —habló por fin— ¿te molesta? —preguntó con ironía.

Se acercó de forma peligrosa a la joven, lo cual la hizo retroceder aún más. Pero no con el tiempo suficiente para reaccionar, así que el otro aprovechó aquello para empujarla una vez más y esta vez, logrando que ella caiga de espaldas al piso.

Se quejó ante el impacto, pero de inmediato alzó la mirada al sentir como unas manos sostenían su cabeza haciéndola mirar hacia arriba.

—Si le dices algo a la profesora… Ya veras lo que te sucede.

Dicho eso, el joven la soltó bruscamente y se alejó dejándola impactada y totalmente temerosa.

Tenía miedo, sí. Después de todo en ese entonces tenía ocho años. Pero aún así, no dudó en ir con las autoridades para buscar ayuda, definitivamente no quería ser tratada de esa manera.

—No le hagas caso, ya te dejará en paz.

Esa y muchas otras excusas más, fueron las respuestas de las autoridades. Palabras que la condenaron a sufrir un infierno en esos años escolares. Desde empujones, amenazas, quitar el cuaderno y utilizarla para hacerles la tarea, insultos, burlas, intimidaciones. Eran varias de las cosas que tenía que soportar en el pasado, todas hechas solo por una persona. Ella no era de contar sus cosas y tampoco era muy cercana a sus padres como para decirles algo, también por un lado: tenía miedo. Así que nunca dijo nada.

No sabía por qué se empeñaba en hacerle la vida imposible a la joven y nunca lo supo hasta la actualidad, pero definitivamente fueron unos de los peores momentos de su vida.

Esto... ¿¡Es real!? [Bakugou x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora