𝙄𝙉𝙎𝙏𝘼𝙂𝙍𝘼𝙈 𝙈𝙐𝙂𝙂𝙇𝙀 || JAMES SIRIUS POTTER

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Había pasado una semana desde lo qué pasó y Margot consideraba que el pasado estaba pisado o como fuera que ese dicho muggle iba. Hasta el momento había evitado a James y no había vuelto a saber de él después de la fiesta.

La rubia Malfoy llegaba de un día cansado a su departamento, decidida a tomar una ducha caliente entró a su habitación pero dentro sentado en la cama la esperaba el hijo mayor de Harry Potter que parecía realmente entretenido viendo una fotografía.

—Jame— dijo Margot en un débil susurro, en aquel momento el nombre del muchacho picaba en su lengua—Me asustaste.

—Hola—dijo el chico fijando mirada en ella, había peso en la forma en la que la veía, sus ojos la la juzgaban.— Pues dicen que quien nada debe, nada teme.—Habló encogiéndose de hombros.

Tras un corto silencio James se ánimo a seguir.

—Vengó a hablar sobre lo que ocurrió el otro día...

—Lo del otro día fue algo completamente fuera de lugar, y no estuvo bien- Se apresuró a hablar la rubia, cortando lo que decía el chico.

—No Margot...no tienes derecho—reprocho el muchacho. En su voz había resentimiento, Margot no había escuchado aquel tono de voz desde la época en la que ambos fingían odiarse.

—¿disculpa?—exclamó ella ya un poco enojada, aquella Margot que parecía no dejarse criticar por nadie estaba de regreso, no permitiría que James le hablara de aquella forma, aún sin entender el extraño comportamiento del muchacho que ya estaba muy cerca de ella mirando fijamente sus ojos grises.

—No tienes derecho a decidir lo que está o no bien para mí—dijo el muchacho frustrado mientras refregaba su rostro con la mano. En un acto de desesperación.
Mientras tanto Margot procesaba lo dicho por el Potter hasta que se sentó en la cama, muy confundida.

—Mira—Habló James poniéndose de rodillas para hablar con ella mientras le miraba sentada frente a él.—El otro día, cuando desperté y no te vi y me volví loco, me juré que nunca dependería de alguien, de su amor y de su tacto... pero fallé Margot, falle completamente y fue entonces estando solo con el frío de la mañana que me di cuenta de lo mucho que te necesito, me puse tan furioso—dijo mirando sus manos que tenían marcas de golpes en ellas, marcas que fueron acariciadas con pena  por la rubia que tenía los ojos llenos de lagrimas contenidas—Pero no estaba enojado contigo, me odiaba a mi mismo. Me detestaba por arruinar la única cosa que me había hecho feliz, por hacerte llorar al ser tan estupido. Se que no merezco y que eres más de lo que cualquiera podría tener, pero no recuerdo siquiera el día en que me volviste completamente tuyo, tal vez siempre fui tuyo aún cuando me la pasaba molestándote en Hogwarts, pero es que siempre intentaba llamar la atención de la rubia malhumorada que me volvía loco con esa sonrisa arrogante y ese deslumbrante cabello plateado—dijo el chico con la voz quebrada, mientras se aferraba a las manos de la chica—te pido que me dejes demostrar que aún puedo ser el chico del que alguna vez estuviste enamorada,  después de todo las cosas entre un león y una serpiente nunca fueron fáciles.

—Quieres que te perdone..que te ame completamente—dijo Margot llorando—pero es que no puedo hacerlo, no puedo perdonarte por que siempre estuviste perdonado... luché James, intenté fingir que te odiaba, que no te necesitaba, pero te necesito...y no creo poder amar jamás como te he amado a ti.

—¿Entonces, estamos juntos?—exclamó el chico con una sonrisa que hizo a Margot reír con ternura.

—No entiendo como es que aún no me has besado—bromeó ella.
James no tardo en besarla.
—Te amo Gogo, siempre has sido tú.