Capítulo: 1 decisión.

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1.DECISIÓN

[♠_Sakura. Haruno_♠]

      Y allí estuve yo, diciendo de nuevo que le amaba. Soltando palabras que retuve en mi corazón durante años. Yo solo quería que me tomara en cuenta. Que entendiese que en realidad yo lo amaba con todas mis fuerzas. Pero eso a él no le importó. Ni siquiera le interesó comprenderlo. Ahí se hallaba, nuevamente lanzándose a la oscuridad. Ni mis palabras, ni mis gritos, ni mis sentimientos sirvieron de nada. Fueron inútiles. Fui inútil otra vez...

     Yo solo quería una mirada. Que sus ojos me dijesen que mi amor era inútil, para poder rendirme de una buena vez. Yo solo quería una última mirada. Y esa mirada llegó, junto con unas palabras mordaces.

−Sigues siendo una molestia.

Comprendí que no estaba preparada para obtener esa mirada. Que quizás no lo estaría nunca. Porque al verlo a los ojos pude concebir la profundidad de su maldad.

Una imagen bizarra. Nunca imaginé que moriría con el dolor de ser atravesada, rota, por su brazo en mi pecho. Dolor, sangre, y lágrimas que no salen. Con esa última mirada de sus ojos satisfechos. Sentir como el hombre que durante toda mi vida había amado estuvo dispuesto a asesinarme sin dudar. Aunque él y yo no éramos muy diferentes.

Yo también decidí aquel día asesinarlo.

     —¡Sasuke-kun! —grité con fuerza al percatarme de su silueta al otro lado del puente, que yacía destruido y dividido en dos partes, una de las cuales en donde me hallaba.

     —Sakura —profirió mi nombre cauto al reparar en mí.

     A lo lejos se veía andrajoso, seguramente por una batalla, y a su lado -tirado en el suelo- había una persona con aspecto moribundo.

     Así como terminaría él cuando le matara a traición.

     Salté para ir donde se encontraba y al llegar lo pude escudriñar a detalle: su ropa estaba hecha jirones en varios lugares, su piel nívea era marcada con las típicas magulladuras de un combate, y en su ojo izquierdo pude notar el rastro del brotar de la sangre.

     El lugar estaba devastado, aquel puente era roto y comido por la mitad evidenciando la destrucción.

     ¿Todo aquello lo causó Sasuke-kun?

     También la observé. La persona a su lado era una chica, contemporánea a nuestra edad. Su pelo, desbordado por el suelo, era de un rojo intenso y portaba unos lentes. Sus ojos -del mismo tono carmín- mantuvieron un escrutinio sobre mí.

     ¿Quién es?

     Miré de nuevo a Sasuke-kun. No era semejante en lo más mínimo a la última vez que le ví, mucho menos a la imagen que tenía cuando era niño.  Pude atisbar en él cautela y sospecha, pero había algo más, su mirada no era fría -como la última vez- esta poseía un ápice sádico, descontrolado. Preocupante. Nunca más tendré que preocuparme por su mirada, a fin de cuentas haré desvanecerse el brillo de sus ojos. Quizá me mortifique el resto de mi miserable existencia presenciar el momento en que su mirada abandone el resplandor de la vida, o tal vez podría intentar sustituirla por aquella mirada -de la cual no sé que pensar o cómo describirla- que exponía cuando éramos niños, ese casi imperceptible sentimiento de que su equipo ocasionaba en él una sensación reconfortante y familiar... no lo sé, sencillamente me hacía enternecer, esa tan linda mirada que furtivamente le enviaba a su tácito mejor amigo,  Naruto.

Lo que nunca ocurrió: La deserción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora