Capítulo 9. Bien, juguemos

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9. Bien, juguemos.

            Ocurre precisamente lo que teme, nada de lo que diga hará cambiar a Sasuke de parecer, todos sus esfuerzos son inútiles, todas sus decisiones erradas. Existen muchas cosas que se esconden entretejiéndose en misterios insondables de su pasado, cosas que no sabe y no conocer la totalidad de la historia le hacen poco comprensibles sus motivos y por lo tanto limita la capacidad de poder ayudarlo. Sus palabras han sido por semanas persuasivas y sutiles, no obstante, todo lo que se avanza termina retrocediendo sin remedio. Quizás para la vida de Sasuke no existirá algo más que la venganza... además la guerra está presente. Sakura debe salir de allí con Sasuke o sin él. Tiene información que puede ser valiosa, su estadía allí no ha sido del todo un fracaso.

«Esta es mi última oportunidad»

− ¡Por favor Sasuke-kun! –Sakura le toma las manos con fuerza− Olvida todo esto y las cosas que deseas hacer y vuelve conmigo a la aldea, estás a tiempo de ser perdonado por sus acto... −ella nunca había sido tan sincera y directa como aquella noche.

No puede saber lo que piensa Sasuke, al no poder ver la expresión de sus ojos le es difícil leerlo. De repente una caústica sonrisa casi imperceptible aparece en el rostro de Sasuke.

− ¿Yo? ¿Perdonado? –Sasuke se ríe entre dientes− Yo seré el que nunca perdonará esa maldita aldea. Te dije que mi plan era destruirla.

− ¿Por qué quieres destruirla Sasuke-kun? Yo no puedo creer que... tú creciste allí. Todos nosotros... Todos esos años... ¿no te importan? Dame alguna razón para que tú –la ataja.

− ¡Porque ellos me arrebataron mi vida! –él se suelta del agarre de sus manos y la toma de los hombros con fuerza− ¡¿No lo entiendes?! ¡Me arrebataron mi vida juntamente con la de mi hermano! –es extraño ver cómo pierde los estribos. Le clava los dedos en la piel de sus hombros con más fuerza− Sakura, todos se reían a costa del sacrificio de Itachi... tú también te reías...

−No sé de qué me hablas Sasuke-kun –le responde exasperada, le duele la piel que él aprieta− ¡suéltame! –ella se suelta del agarre con brusquedad− ¡No sé de qué carajos hablas! Te vendieron una mentira, pero tú solamente crees lo que quieres creer o lo que te conviene creer.

«Mierda, ya lo arruiné»

−Sí, me vendieron una mentira. Konoha nos vendió una mentira.

− ¿Qué mentira? No, no... no sé Sasuke-kun.

−Claro que no sabes nada.

−Necesito saber de qué mentira hablas para poder entenderte.

−Ya cállate. Eso no es tu problema.

−Sasuke-kun dime...

− ¡Cállate!

Todo pasa muy rápido. En un momento ambos estaban sentados en el catre y en el otro Sakura estaba acostada, Sasuke sobre ella y la besaba. La ha empujado de su posición inicial sin un amago de delicadeza y a pesar de sus ojos vendados encuentra el camino a sus labios sin dificultad. Es un beso agresivo y frenético, en un instante se olvidan las circunstancias, las hormonas de dos adolescentes fluyen sin contención, le dan rienda suelta a la carne con una necesidad insaciable.

Para Sakura esta es la segunda vez que besa a alguien. Con Naruto había pasado una vez, aquello fue un beso dulce cada cual buscando aprender sus límites logrando una armonía; este es, más bien, tosco y salvaje. Él, a la verdad, es algo torpe e inexperto. Sakura no tanto. La chica empieza a mover con gracilidad sus labios, marcando un ritmo constante, tomando el control.

Lo que nunca ocurrió: La deserción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora