Carta 1

4.1K 278 7
                                    

Querido Joaquín:

La primera vez que te vi pensé que había perdido la cabeza. Es que era simplemente imposible que un ángel como tu estuviera frente a mi, tu belleza fue suficiente para que yo cayera rendido ante ti.
Mi mirada te siguió desde la puerta del aula, hasta el pasillo donde te alejabas, me creí a mi mismo un acosador y fue vergonzoso, pero me era tan difícil siquiera intentar alejar la mirada de tu bonito rostro, volteaste provocando que tus ojos conectarán con los míos y entonces descubrí un mundo al que no estaba dispuesto a renunciar. Suena loco, ¿no? te acababa de descubrir y ya sabía que ver tu sonrisa me haría el chico más feliz, en ese momento y para toda la vida.
Tus mejillas se tornaron rojas, me observaste desde donde estabas y cuando te sonreí con pena, sólo diste la vuelta y seguiste con tu camino.

Me di cuenta de que compartíamos la mayoría de nuestras amistades, y si era así, ¿por qué no te había visto antes?

Uno de nuestros amigos me dijo tu nombre, y supe que no estábamos en el mismo curso, eras un año menor que yo, Joaquín.

No sabía quien eras, tu no me habías visto nunca y el destino no sería el que juntara nuestros caminos. Te mire Joaquín, durante días mis ojos no se apartaron de ti, pero tampoco quería acercarme, ¿y si me rechazabas? Seguro ni siquiera recordabas haber tenido contacto visual conmigo. Y me sentí mal, porque desde aquella vez, mi mente no dejo de pensarte, ni mis ojos de buscarte.
Me gustabas mucho, Joaquín, en serio me gustabas.

Te extraño. Y aunque nunca leeras esto:
Con amor, tu Emilio.

Querido Joaquín, nunca leeras esto. EMILIACO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora