Carta 9

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Querido Joaquín:

No te voy a mentir, mi amor, los primeros días después de tu partida sentí que no había nada que me impulsará a seguir adelante, llegue a creer que lo mejor sería que mi existencia también terminará, deseé que en tu lugar estuviera yo. Tenías tanta vida, tantos sueños, eras tan inteligente y talentoso, mi amor, eras todo lo bueno en este mundo. Lo único bueno en este mar profundo donde nado sin tener idea de a donde voy, donde me sumergo y no te encuentro entre la oscuridad que albergan las aguas y aunque añoro poder sentir tus manos arrastrandome de vuelta a la superficie, ya no estas más Joaco. Ya no puedes salvarme.

En todas las cartas he buscado agregar un recuerdo contigo, porque quiero vivir de nuestras memorias, quiero sentir la misma sensación de calidez en mi pecho que sentía cuando estaba contigo. Pero en esta carta, la misma que no recibirás, quiero explicarte lo que aún siento por ti, por lo que eras cuando aún estabas con vida.

Te amo, Joaquín, no puedo dejar de hacerlo.

Te extraño tanto, mi sol, mi corazón no soporta tu ausencia.

Te necesito, mi amor, necesito todo lo que solias darme.

Puedo enumerar miles de razones por las cuales aún puedo perderme en el recuerdo de tus maravillosos ojos cafés, pero seguramente tardaría la eternidad que quiero pasar a tu lado. Aún te amo Joaco, ya lo he dicho muchas veces y todavía haciéndolo siento que tengo que repetirlo hasta que regreses, o hasta que yo te encuentre de nuevo en todas las vidas posibles.

Desearía poder contarte que he tenido progresos desde que inicie a escribirte estas cartas pero estaría mintiendo, siento que me aferró más a ti y cuando despierto y no estas, mi corazón se vuelve a quebrar, estoy seguro de que a estas alturas ya debe de estar hecho polvo, así que dime, mi amor, ¿debería dejar de hacerlo? Tal vez necesite darme un tiempo, tal vez es hora de soltarte.

Pero no te enojes conmigo, volveré pronto, y espero que cuando lo haga mi corazón haya sanado por lo menos un poco.

Te amo y siempre volveré a ti, y aunque nunca leeras esto:
Con amor, Emilio.

Querido Joaquín, nunca leeras esto. EMILIACO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora