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Ashton se despertó sintiendo un cálido aliento golpeando sobre su cuello, estaba acostado sobre uno de sus lados pero un par de manos lo pusieron de espaldas al colchón.

Ashton no recordaba demasiado la noche anterior, después de haber tenido sexo con Froy en la cocina y encontrarse con Keith allí mismo subió con Froy siguiendo sus pasos, tenía demasiado sueño y necesitaba descansar en su propia cama, Froy no le reprochó como otras veces que se fuera a su habitación y se dignó a seguirlo y dormir a su lado en su cama.

Pronto las manos separaron sus piernas y llevaron sus rodillas hasta su pecho, Ashton gimió ante la nueva posición, estaba expuesto, el aire frio de la mañana se colaba en sus partes más íntimas, entonces escuchó lo que probablemente fue una disculpa por parte de Froy, no estaba seguro, sus sentidos seguían adormilados, pero el vínculo que se extendía entre él y su compañero lo confirmó, el Froy estaba excitado, demasiado, y sentía algo de culpa por descargarse siempre con él.

Aun así Ashton, asintió. Porque siempre lo hacía, no había forma que se negara a Froy.

Froy intentó centrarse y hacer todo despacio, pese a que se moría de ganas por hundirse en Ashton, buscó entre la bruma de instintos su lado más racional y se centró en prepararlo.

Ashton sintió un par de dedos introduciéndose en él, contuvo el aire ante la intromisión, y sus ojos se abrieron, tardando más de lo esperado en enfocarse, su mente necesitaba más horas de descanso, pero su compañero estaba encima de él, pidiendo por él, y él no podía dejarlo solo.

Sus orbes viajaron hasta Froy, que estaba de rodillas, sosteniendo sus piernas contra su pecho, Froy lo miró y sus ojos se estrecharon, Ashton no tuvo que esperar demasiado para saber que pasaba por su mente, la conexión entre ambos latió en un sentimiento, ¿puedo? susurraba, Ashton se mantuvo en su lugar, inseguro por decir o hacer algo, y empujó, lo que nacía en lo más profundo de su mente, sísísí cantó su vínculo.

Froy soltó el aire que estuvo conteniendo, Ashton lo aceptaba, Ashton quería esto con él. Se posicionó mejor sobre el castaño de rizos rebeldes, su falo, ancho y largo, completamente erecto, se alzaba entre ambos, los ojos verdes de Ashton lo miraron y Froy sintió como su cuerpo vibró en deseo, entonces tomó su pene con una de sus manos y lo llevó a la pequeña entrada de Ashton.

Ashton arqueó su espalda cuando la cabeza de Froy entró, y una corriente electrizante lo atravesó de arriba a abajo cuando el resto se deslizó dentro, acoplándose por completo dentro de él, la sensación era maravillosa, Ashton se sentía completo, su compañero estaba donde debía estar, Froy hizo un sonido, medio rugido, medio ronroneo, de puro placer que le daba la razón, y Ashton no pudo evitar contraerse y apretujar la raíz del falo de Froy.

—Mierda, esto es perfecto. —dijo Froy.

Ashton estaba de acuerdo, le sonrió, esto era lo correcto.

Ashton y Froy no eran novios, ni se amaban, pero se necesitaban, Ashton era consciente de que ser compañeros de un lobo implicaba responsabilidad, después de todo, estaban atados de por vida, aun si no estaban juntos como debían, ellos jamás podrían ignorar al otro.

—Necesito esto, —le avisó Froy. —Mucho.

Ashton asintió dándole permiso de satisfacerse. Froy estaba más inestable cada día, su libido era voraz, no había día en que no tuvieran sexo, Ashton pensó que esto solo aumentaría hasta que lograra ascender como alfa de la manada, y hasta entonces solo podía ceder, porque eso era lo que hacían los compañeros.

Froy comenzó a moverse, sus embestidas fueron a ritmo lento, acostumbrando al interior de Ashton, luego comenzó a incrementarlo, el ritmo pasó a ser más veloz y contundente, sus caderas se chocaban cuando Froy experimentaba hasta el fondo, todo era tan potente y fuerte que podían llegar a ser hasta dolorosas si Ashton no estuviera acostumbrado a satisfacerlo, si su interior no estuviera tan amoldado a la forma de él.

Entre Nosotros DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora