Capítulo 21: - ¡Se comió a mi rata!

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Al bajar las escaleras para ir a la sala común, Ron estaba tirado de rodillas al piso y Harry mirándolo.

- ¡MIRA, HERMIONE, MIRA! - exclamó con algo rojo en la manos. - ¡SCABBERS!

Hermione solo pudo avanzar con las manos tapando su boca. Sabía lo que estaba pensando, y yo creía exactamente lo mismo: Scabbers estaba muerto. Ron le mostró la sangre que estaba en el suelo, en la alfombra y, alrededor, pelo de gato color canela aranjado.

- ¡SANGRE! - seguía gritando y Harry y yo mirábamos la escena. - ¡TODO ESTO ES TU CULPA Y LA DE ESE ESTÚPIDO DEMONIO!

- Ron, yo... - trató de decir Hermione pero el pelirrojo salió corriendo al Gran Salón. Le hice una seña a Harry para que vaya con Ron y él me entendió. - No puedo creerlo.

- Hermione, Scabbers murió... Era vieja, como se la pasaba diciendo Ron todos los días, ya era su hora.

- ¡Mack! - me miró, espantada.

- Es la verdad - admití yo alzando los hombros. - Además es el ciclo de la vida... Aunque podrías haber hecho algo para evitarlo.

Mi mejor amiga, al ver a Crookshants, no fue capaz ni de gritarle, ni nada.

- ¿Ves? Pero bueno, es tu gato, tu decisión, después te arreglarás con Ron.

Cuando fuimos al Gran Salón, Fred y George también trataron de hacerle entender a Ron junto a Harry que tuviera, por lo menos, un poco de paciencia con Hermione. Sobre todo, porque él nunca había querido tanto a Scabbers para estar mal de su muerte, o por lo menos no para tanto.

- ¡Ella nunca hizo nada para que ese animal paré! - chilló Ron golpeando los codos contra la mesa. - ¡Se comió a mi rata!

- Ron... - suspiró Fred. - Todos aquí sabemos que siempre te peleas con Hermione... Pero van a terminar juntos porque...

- Los que se pelean de chicos, se aman de grandes - completó George, y noté que me miró de reojo.

Fruncí el ceño, con una extraña sonrisa. 

Los siguientes días, Hermione y Ron no se hablaban, y si lo hacían, solo era para insultarse y pelear. Harry y yo estábamos un rato con cada uno como ellos hicieron con nosotros. Nadie quería dejarlos solos.

- Hermione, por favor - trataba de hablar Harry para hacerla entrar en razón.

- Todo es mi culpa. La saeta de fuego, la rata de Ron... ¡Y tú, Harry, siempre te pones de su lado! - miró a Harry y él solo se quedó callado. Suspiró y soltó: - Ahora, déjame en paz, Harry.

Se levantó y se fue. Hermione se quedó mirándome esperando a que dijera algo.

- ¿Puedes dejarme sola, Mack?

Alcé las cejas, algo dolida.

- No - negué y ella no dijo nada.

Ninguna dijo nada, pero nos quedamos juntas.

...

Aunque mis dos mejores amigos estuvieran peleados, las clases de Herbología seguían siendo aburridas. Pobre Sprout. No la odiaba, simplemente no soportaba estar con las plantas. Neville no paraba de hablar de ellas una y otra vez.

Después de eso, tuvimos entrenamiento para el partido de finales de febrero. Solo faltaban dos semanas, y necesitamos la saeta de fuego. Por suerte, luego de todos los reclamos de Wood, la profesora McGonagall nos entregó la saeta de fuego.

- La buscadora del equipo de Ravenclaw es Cho Chang - anunció el capitán y yo abrí la boca lentamente. - Es rápida y segura así que debemos estar preparados de todas formas. Harry, te encargarás de ponerla en su lugar. Aunque tú tienes la saeta de fuego - dijo mirándola con admiración. - así que le barrerás el piso con ella.

Mackenzie y el prisionero de Azkabán | [MEH #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora