Capitulo 9.

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Un sábado por la noche cher me había invitado a dormir a su casa; yo acepte feliz porque así me libraba de verlo en la mañana el domingo.

(...)

- Mamá ¿y mi hermano? Necesito que me lleve a casa de Cher-pregunte, bajando las escaleras, para encontrar a mi madre viendo la televisión con Ratliff

- En casa de Ele, ¿por?

- Necesitaba que me llevara a casa de Cher...¿y mi papá?

- Tuvo que hacer un viaje rápido al centro, vuelve mañana.

- Ni hablar-suspire-Caminare.

- ¿A esta hora? No. Ratliff, ¿podrías llevarla?-le pidió.

- No, está bien. Puedo caminar, en serio.

- Vamos, -dijo al fin poniéndose de pie. No parecía muy contento.

- Llévate mi auto-le indico mi madre.

Adoraba el auto de mi mamá...era una camioneta, un vehículo hermoso y rápido, un clásico de la moda lo llamaba ella...

Pero justo esa noche decidió morir el motor. Nos quedamos tirados a media carretera. Ratliff recargó la cabeza en el volante.

- No puede ser.

- Podemos orillarla y llamar a alguien, -dije.

Ratliff asintió sin mirarme y se bajó. Gruñí e hice lo mismo.

- ¿Sabes conducir? -me preguntó él.

- Sí...pero aun no tengo licencia.

- No importa... Puedes tomar el volante y dirigirlo hacia allá, quita el freno de mano.

Obedecí y minutos después ya nos encontrábamos a la orilla de la carretera.

- Seria mejor pedir ayuda-comento el y comenzó a buscar entre su pantalón-Diablos, no traje mi celular.

Yo busque el mío y vi la pantalla...

- El mío esta muerto.

- Tendremos que esperar a que pase alguien.

Nos sentamos al aire libre, sobre la parte trasera de la camioneta con la puerta abierta.

- ¿Es cierto que te vas a una universidad en Canadá? -me preguntó de pronto. Me tomó desprevenida y salte un poco al escuchar su voz.

- Es cierto-admití.

- ¿Por que?

- Me ofrecen una beca de baile.

- ¿Vivirás sola?

- Sí-conteste ya desesperada-¿porque me estas hablando?

- ¿A qué te refieres?-Ratliff me volteo a ver, sorprendido.- ¿No quieres que hable contigo? Siento haberlo hecho.

- A eso me refiero, nunca hablas conmigo, es como si intentaras con todas tus fuerzas ignorarme.

- No es eso...

rydel- ¡Sí lo es! -dije desesperada. Vi como achicaba los ojos y se acercaba peligrosamente.

- No tienes derecho a reclamarme nada. Si querías hablar conmigo lo único que tenías que hacer era acercarte.

- Tu cara tiene escrito "no me hables Rydel Lynch" por todos lados.

- Estás exagerando.

- ¡No lo hago!

- Claro que si...además si no mal recuerdo la que me ha estado evitando durante dos semanas has sido tú.

-¡No te evitaba!

- ¡Claro que si! Y no veo por qué deba decirte algo a ti.

- Idiota.

Amigo de mi hermano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora