CALVINEmpujo la puerta al encontrar esta entre abierta. He golpeado pero nadie respondió. No me queda más remedio que pasar, más aún cuando ahora esta también será mi habitación.
Está oscuro. Logro ver dos camas, unas veladoras, armarios y escritorios a cada lado. No es la gran cosa, pero tampoco es una posilga. Cabe mencionar que está vacía, pero no desalojada pues del lado izquierdo hay un par de maletas y ropa, además de que la cama esta tendida.
Me dejo caer sobre el colchón de la otra cama.
Cierro los ojos y medito un poco en el día. Megan es lo primero que viene a mi cabeza. Su sonrisa, su emoción y sus nervios por quién sería su compañera de cuarto.
Una sonrisa se dibuja en mis labios.
Penny. Ese es el nombre de su compañera. Una chica delgada, castaña, con ojos verdes y pecas pintadas en sus mejillas blancas. No mentiré al decir que no me pareció atractiva. Me pareció y mucho. Además un no-se-qué en ella llama mi atención. Tal vez ese estilo oscuro y relajado, o sus labios rosados.
No lo sé. Solo sé que después de presentarnos hizo contacto visual conmigo por lo menos siete veces en los pocos minutos que duré ahí.
Bastante coqueta.
Pero yo no digo nada, descaradamente le pedí el número de su celular con la excusa de que era "por si llegaba a necesitar a Megan y ella no respondía" lo cuál es completamente una mentira, pues Meg siempre responde cuando la llamo. Penny captó la indirecta y con una sonrisa coqueta tomó el celular de mi mano y anotó el número mientras mordía su labio inferior.
Stanford no será aburrido, definitivamente no.
—Ehh... hola.
Una voz monótona me saca de mis pensamientos, por lo que me levanto hasta quedar sentado a la orilla de la cama con ambos brazos detrás de mí.
Veo a un chico aparentemente de mi misma edad pero más alineado parado en el marco de la puerta, con una mirada llena de confusión.
Tiene una camisa blanca que le llega más arriba de los codos la cuál está abotonada hasta el primer botón, junto con un polo azul celeste atado cuidadosamente por las mangas alrededor de su cuello, unos pantalones café claro y unos zapatos blancos tipo "voy a jugar golf" en sus pies.
Contengo una risotada con mucho esfuerzo, pues si es mi compañero de cuarto no quiero ofenderlo. Aunque ganas no me faltan de burlarme de él.
Me limito a levantar la cabeza en un movimiento rápido y leve.
Se adentra cerrando la puerta tras de sí. No paso por alto como me escanea con la mirada de los pies a la cabeza, tal cuál yo lo acabo de hacer.
—Eres... ¿Caleb? —achina un poco los ojos, dudoso de lo que acaba de decir.
Niego.
¿Caleb?
—Calvin —corrijo—. Supongo que eres mi compañero de habitación.
—Si, si, soy yo —se seca las palmas con su pantalón un tanto inquieto y se acerca, extendiendo su mano hacia mi.
Ladeo una sonrisa.
Este chico por alguna razón me recuerda a mi abuelo Felipe.
—Tu nombre es... —alzo una ceja, juntando mi mano con la suya con un poco de risa. Este no tarda en agitar nuestras manos.
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WITH YOU
RomansaMegan y Calvin tienen la amistad perfecta. Conocen todo del otro y son su mejor compañia. Entran en la Universidad de Stanford para cumplir el sueño de estudiar juntos, pero al conocer nuevas personas y gracias a los temibles celos, se dan cuenta de...