Las personas en la sala de la reunión salieron corriendo para ver como enfrente de sus ojos el hombre que tanto habían buscado, dejaba este mundo en un adolorido respiro, las ultimas palabras del encapuchado seguían sonando en la cabeza de Sintel "Recuerda... Que una moneda... Siempre tiene dos caras" Ya era demasiado. Salio de la sala que tenia por cárcel el asesino, tomó una lampara y se fue por donde había venido.
Todo eso la tenia mareada el asesino, su cliente, la manera en que había muerto enfrente de sus ojos... Todo iba tan rápido. Sin darse cuenta ya estaba devuelta en la pequeña sala con la mesa de lamparas de aceite, apago de un soplido su lampara subió hasta la trampilla la abrió y se aseguro de que al salir quedase bien escondida debajo de la alfombra. Se encamino hacia su adorado hogar, quería tener un breve respiro pero no lo obtendría tan fácilmente Gigante todavia estaba iracundo por su culpa.
- Era imposible que le contara que yo era una ladrón...- Sintel se detuvo en abrupto. Empezó a tejer los pensamientos que estaban en su mente, sabiendo que había una probabilidad demasiado alta de que fuese su fin si la persona en quien estaba pensando era el cliente del asesino.
- Es de alto rango, Gigante le debe dinero, yo lo robe alguna vez ... ¡DIABLOS!- La mente de Sintel estallo en mil pedazos, ya sabia quien era el hombre que buscaba y ahora sabia también que no jugaría mas al juego del gato y el ratón, el la buscaría la mataría con sus propias manos si era necesario o enviaría a mas asesinos y si se llegaba a presentar enfrente suyo junto con Gigante no tendría lugar donde esconderse.
Emprendió una desesperada carrera bajo la mirada de la luna que iluminaba con tenue luz las calles de la Gran Capital, cruzó cada callejón en un estado de exasperación que en ese momento no tenia un limite, lo unico que queria era llegar a su casa. Entro al ultimo callejón su morada estaba cerca y Scales también, eso al menos la aliviaba, cuando abrió la puerta de su casa se encontró con un dragoncito que enseguida hizo un chillido de felicidad al verla y corrió hacia ella lo mas rápido que podía. Sintel lo tomo entre sus brazos y le dio el abrazo mas fuerte que pudo.
- Ya me extrañabas ¿verdad? Ah pequeño si supieras lo que me ha pasado hoy nunca lo podrías creer, pero tu no tienes que preocuparte si mama no esta en casa ¿Si?-Dijo con cariño
Lo dejo en el piso, se acostó en su cama y empezó a razonar la manera en la cual Gigante podría dejarla trabajar en la carnicería de nuevo, no queria pensar en nada mas que no fuese eso.
- Gigante me esta odiando en este mismo instante, pero ¿Que puedo hacer yo? Nadie se podria haber imaginado que yo era una ladrona. Se que si le digo a quién estaba yo robando podria ser peor para mi. pensó Sintel.
Recordo las palabras que el asesino le dijo:
" Quizás eso te ayude un poco o también puede terminar de hundirte"- Nada parecería darle las razones suficientes para dejarme volver, si tan solo pudiese saber en que esta pensando sería mas facil que ganarle una batalla al hombre encapuchado. Solo tengo una sola manera, necesito decirle que me deje refugiarme en la carniceria por que eso es lo unico que me mantiene con vida y tambien decirle que deje de robar hace mucho tiempo. Odio tener que mentirle a alguien que me salvó de estar muerta, pero ya no tengo opciones.
Tendría que mentirle a Gigante y su mentira tendría que durar suficiente tiempo, de lo contrario ella tendria que revelar a su verdadero asesino quisiese o no, la vida le habia hecho una mala jugada y ella iba a pagar caro su crimen si se llegaba a descubrir.
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Sintel
FantasyUna historia donde los dragones, los magos y la aventura se juntan de nuevo. Sintel es una muchacha solitaria que tiene una sola cosa en mente salvar a su amado dragón, no le importaría si tuviese que subir la cumbre mas alta y bajar. Por que hay un...