Qué situación tan mala, tan malditamente mala; pensaba Chat Noir. Hoy, tras haber combatido contra un akuma, el villano atacó su miraculous y de alguna forma lo averió. Estaba atrapado en su forma de Chat Noir, lo que sea que el akuma le había hecho no le permitía destransformarse ni usar sus poderes.
Su bastón era la cosa más inútil del mundo ahora, jamás pensó que eso también funcionaba con la magia de su amuleto. Fu le había indicado que en un par de horas regresara con él para darle un antídoto que lo ayudara, por ahora sólo quedaba esperar.
Y esperar.
Y esperar.
Y esper...
¡Ya no aguantaba más!
Lo peor es que no podía ir por los techos sin la ayuda de su bastón, y caminar por la acera no era tan fácil ya que los transeúntes constantemente le pedían fotografías. Normalmente no le molestaba, pero si la situación ya lo traía irritado, andar prestándose a las cámaras le terminaría por colmarle la paciencia en cualquier momento.
Su estómago de repente rugió, tenía hambre.
Comida. Croissant. Panadería. Marinette.
"Eso Chat, eres todo un genio". Se dijo en su mente así mismo con alegría. Iría a pasar el rato con Marinette en la panadería de los Dupain Cheng.
A hurtadillas, empezó a dirigirse hacia aquel lugar esperanzado de que Marinette fuera la que estuviese atendiendo; de ser Tom el momento podría tornarse algo incomodo ya que él seguía teniendo la ligera sospecha de tenía sentimientos por su hija.
Se asomó por la ventana antes de entrar; era ella en el mostrador. Ahora mismo se sentía un gato afortunado. Entró.
—Saludaciones, prrrincess. — Marinette, quien había estado leyendo una revista de modas anteriormente alzó su mirada, sin duda no se esperaba que él aún continuara en su forma gatuna.
—¿Chat? ¿Qué haces aquí? — él no hizo más que lanzarle una sonrisa y dirigirse hacia donde estaba ella, con esa confianza como si estuviera pasando por su casa y no por un negocio.
—Tuve un problema y estoy esperando a que se solucione, mientras tanto vine a ver si hay algo en lo que te pueda ayudar. — ella regresó su visión hacia él, vio como el lanzaba una mirada fisgona hacia su revista. Las mejillas se le coloraron y la cerró de inmediato.
Había estado con la mirada perdida por más tiempo del deseado en una foto de Adrien Agreste.
—No te enseñaron a no husmear. — exclamó molesta mientras pegaba la revista a su pecho. El rubio se encogió de hombros.
—Perdona, Marinette. Es sólo que no puedo creer que ese sea el diseño que más te guste de Gabriel Agreste, le he visto mejores.
Claro, porque estaba viendo al diseño y no al modelo; pensó con una pequeña sonrisa la fémina.
—Tienes que esperar ¿No? Mi turno acaba en dos minutos. Sube a mi balcón, ahorita te alcanzo y te acompaño a esperar. — él sonrió encantado con la idea, como le gustaría tener una relación así con ella en su forma de civil; así de genuina, de sincera, de tranquilidad mutua, repleta de confianza.
—¿Estaría mal si lleváramos algún postre para pasar el rato?
Drabble de 528 palabras; Día 1: No power
No quise ponerle una trama ofuscada ni algún misterio o temas controversiales como suelo hacer, sólo deseaba escribir un momento entre ellos dos siendo tal y como son en la serie. Así de tiernos y con esa relación tan divertida que los caracteriza. Me gustó el resultado ¿Y a ustedes?
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Drabbles Marichat
FanfictionTreinta y un relator sobre elocuencia, amor y ceguera; sobre una panadera, un gato y París.