9. Patinaje en hielo

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Marinette conducía con velocidad, con su mirada sumergida en el desosiego y sus labios emitiendo de vez en cuando ligeros sollozos. Sus manos a penas se podían mantener fijas en el volante y sin ella quererlo presionaba el acelerador a fondo; su pecho latiendo con frenesí no le ayudaba a mantenerse tranquila.

El invierno azotaba París, manejar a esa velocidad con aquella tormenta seguro terminaría en tragedia, pero ¿Qué importaba ya? No quería seguir ahí, no sino tenía una vida a su lado como él le había prometido. Lagrimas empezaron a brotar con brusquedad de sus ojos haciendo su visión más torpe de lo que de por sí ya era con aquella tormenta de nieve.

Su celular sonaba con desespero en el asiento del copiloto; seguro era Chloe, ella siempre tratándola como si fuera su madre. Agh ¿Por qué no se quedaba en su vida perfecta junto con el amor de su vida y la dejaba a ella en paz?

Sin embargo, no pudo evitar detener un poco su mirada en el celular vibrando, y vibrando.

Mierda.

Cuando abrió sus ojos, el olor a humo fue lo primero que se impregnó en su nariz. Su sien y parte de su cabello estaban manchados de sangre, el resto de su cuerpo tenía un par de rasguños, pero un inmenso dolor la tenía inmóvil. Su carro estaba destruido, había chocado contra un estúpido árbol.

Soltando pequeños gemidos, logró bajar del coche y con sumo esfuerzo caminó con dificultad hacía el campo, poco le importaba buscar atención médica, ahora mismo sólo quería llegar ahí, sentirlo, aunque sea una vez más.

"—Marinette, perdona por haberte levantado temprano para traerte hasta acá, pero, es que no hallaras pista de hielo más hermosa."

Tan sólo ver aquel paisaje le recordaba su parsimoniosa voz aquel invierno cuando ellos eran sólo un par de adolescentes que trataban de entender que ocurría con sus hormonas cuando estaban juntos. Se sentó ahí y puso un poco de nieve en algunas heridas; no era un día tan helado, pero ahora mismo se regañaba por no haber traído algo más caliente.

"—Un pajarito me dijo que sabes patinar muy bien."

Ese campo era muy silencioso, no lo recordaba así, seguramente por todas las risas que le hizo soltar ese día. No sabía que ardía más, si todas sus heridas o aquellos recuerdos.

Tenía razón aquel rubio juguetón, el panorama era hermoso: un enorme lago completamente congelado con un inmenso campo donde normalmente se cosechaban cereales a un costado ahora sólo cubierto de un manto nodo. Ni siquiera se percató de que ya había acabado la tormenta que hace rato obstruía su visión. Aquel sitio parecía no haber avanzado en el tiempo, parecían aquellos días donde tenían 17.

"—¿No crees que Ladybug se pondrá celosa cuando nos vea aquí juntos? Ella no sabe que sólo somos amigos. — soltaba divertida mientras se deslizaba sobre aquel lago con gracia. El minino la rodeó por la espalda y recargó su mentón en su hombro.

—¿Lo somos?"

Emitió una ligera sonrisa al recordar como su corazón quería escapar de su pecho aquel día, como en un solo segundo su pulso se empezó a tornar poco fiable y el cómo embarazosamente sus mejillas se le encendieron tanto que el felino soltó una risa.

Una risa tan verdadera, tan espontanea, tan encantadora.

Una risa que la enamoraba. Una risa que extrañaba.

Ni siquiera era reconfortante sentir el calor de sus lágrimas empapando por completo su rostro, en aquel clima. El dolor se tornaba cada vez mortífero. Un nudo en su garganta se empezó a formar junto con una horrible opresión en su pecho.

"—Eres hermosa, Marinette. — mencionó aún divertido después de haberse reído. —Cada gesto tuyo lo es. — ella ladeó un poco la mirada tratando de contener su maldito rubor. Él la sujetó del mentón con dulzura. Su mirada fue indescriptible en ese momento, parecía estar presenciando un hermoso fenómeno natural. — No contengas eso, por favor. Déjame apreciarlo.

Y sin dar lugar a la lógica, permitió que el chico empujara con cuidado su cintura hacia él y unieron sus labios en un etéreo beso."

Memorizaba cada rincón de sus labios que exploró aquel día, el cómo sus manos exploraron su rostro con ternura mientras ella sujetaba sus mechones dorados. Se sintió todo en un instante, la plenitud la cubrió, el calor de sus brazos nunca se había sentido tan precioso, el aliento cálido de ese chico era precioso. Jamás se imaginó que un amor correspondido era la sensación más hermosa que alguien puede experimentar.

Y más dolorosa también.

En aquel lago ya no había dos chicos patinando, solo uno de los dos sentado a su orilla; no estaba impregnado de sonoras risas, a penas y un par de sollozos se escuchaban; ni mucho menos se cargaba el ambiente de una buena y romántica energía, sólo de una melancólica.

Amar a Adrien Agreste fue más doloroso de lo que se imaginó, pero haber entregado primero su corazón a su lado felino fue mucho más destructivo.

Se ahogó en sus lágrimas, no supo cuánto tiempo duro ahí, sólo que no paró en todo ese rato. Las heridas aún estaban muy abiertas, no tenía mucho que su propio padre sin darse cuenta lo había asesinado, no...

Sólo quería que...

Que llegara de repente y la rodeara en sus brazos.

Y en eso sintió unos brazos rodearla. No le importó quien era, se soltó a llorar ahí en su hombro más, soltando gritos ahogados, realmente desgarradores que raspaban su garganta. Lloró con intensidad, sin recordar el cómo respiras hasta que terminó cansada.

— Yo también lo extraño. — susurró Chloe mientras la seguía consolando. — Pero, princesa, él no querría que tu vida acabara junto con la de él. — puso sus rostros frente a frente y la rubia limpia una de sus lágrimas con su pulgar. — Por favor, déjame llevarte a casa para que atiendan tus heridas.

La de cabello azabache asintió resignada mientras con ayuda de Luka la levantaron. Marinette no pudo evitar ver una vez más hacía el lago, el lugar donde le pidió ser su novio en el invierno de sus diecisiete años.

Ninguno imaginó que 7 años después él moriría a manos de su progenitor. Incluso ahora era difícil imaginar que murió la semana antepasada.





Día 9: Patinaje en hielo; Palabras: 1052

NO ME IMAGINE ESTO PARA NADA, de hecho dude mucho cuando por fin se me ocurrió esta idea porque ya no quiero que me conozcan como "Jaz finales tristes", pero como que al parecer ya es parte de mí y si escribo cosas felices termino haciendo algo muy cliché. Sorry not sorry.

¿Qué les pareció?


Drabbles Marichat Where stories live. Discover now