4. Cumpleaños

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El frio lo carcomía, aquellas heladas ventiscabas se penetraban en cada poro de su piel de una manera tan mortífera que podía provocar que cualquiera en sus cinco sentidos buscara el calor de inmediato. Sin embargo, él estaba ahí, sentado en la punta de la Torre Eiffel, escapando de su casa como ya era costumbre.

Al menos la sensación de su cuerpo congelándose ante las bajas temperaturas lo distraían de su verdadera molestia, dolor: hoy sería el cumpleaños de su mamá. Con este, era el segundo cumpleaños que no estaba con ella.

Se sentiría tranquilo si tan siquiera supiera con seguridad que ella está muerta; ni siquiera de eso tenía la dicha. Estaba desaparecida, más que los rastros de nieve en verano ¿Y si estaba sufriendo? ¿Y si los había abandonado porque su papá y él hicieron algo mal? ¿Y sí había estaba perdida en algún lugar del mundo y no encontraba el camino de vuelta a casa?

Se imaginaba a su madre llegar, celebrar su día como en antaño cuando su papá la llevaba a comer a su restaurante favorito antes de ir un fin de semana completo a su cabaña en los Alpes franceses. Él le contaría un montón de cosas: que ya empezaba a conocer el amor, la amistad, la confianza.

Quería decirle que ya había asistido a su primer concierto, que había dado su primer beso (aunque él ni se acordaba), que ya había encontrado la personalidad que él quería tener, que había logrado reforzar su amistad con Chloe nuevamente.

Sintió una pequeña lagrima salada derramarse por su mejilla.

—¡Chat! — le escuchó gritar a aquella voz inconfundible. Bajo la mirada hacía el punto más alto de la torre donde podían llegar los civiles. Elevó una pequeña sonrisa al verla con esa bufanda y traje sumamente abrigada buscando con la mirada al felino.

¿Cómo supo que estaría ahí?

Bajó en seguida.

—Princesa ¡Que sorpresa tenerte aquí! — exclamó acercándose a ella, quien sostenía una bandeja con dos bebidas; de inmediato la fémina procedió a darle una de ellas al minino. El cálido aroma filtrándose por sus fosas nasales resulto reconfortante y exquisito. — Cocoa. — tiró con disfrute. La joven sonrió al verlo tomar un sorbo gozando de él. — ¿Te he dicho que siempre eres mi salvadora? — ella negó divertida y de su bolsa, sacó un suéter enorme y se lo entregó, no quiso verse desesperado, pero el frío hizo que no tardara ningún segundo en enfundarse en él.

Oh, ella era su ángel personal.

Tomó la bandeja y la depositó en el suelo dejándola algo intrigada.

Se detuvo un segundo a ver sus ojos azules con esa profundidad que no había visto en nadie más. Ella no le cuestionó, parecía permitirle que lo hiciera, de alguna forma ella sabía lo mucho que él necesitaba hacer eso, buscar un soporte.

Y de repente, la abrazó.

La apegó lo más que pudo contra su cuerpo sintiendo completamente agradecido con ella, que siempre supiera el momento indicado en el que la necesitaba. Durante todo este tiempo sin su madre vivió mucho sufrimiento y desconcierto, pero también cosas nuevas y maravillosas en su vida.

Ella respondió al abrazo y empezó a acariciar un poco su dorada cabellera con ternura. ¿Cómo no saber que el chico estaría ahí? Hacía unas semanas él le había comentado que este día se avecinaba como una tormenta de recuerdos dolorosos, memorias que le traían a la mente un ser que había sido demasiado especial para él.

Estaba segura de que vendría ahí para desahogarse, era lo que siempre hacía. De cualquier forma, se había asegurado de que él estuviera ahí en su forma de Ladybug previamente. Vino en su forma de civil porque tenía en claro que él sentía más confianza así y, vaya, como adoraba que fuera de tal manera.

—Gracias. — murmuró aún atado a ella.

—De nada. — contestó.

Lo mejor de ser Chat Noir era tenerla.







Día 4: Cumpleaños; Palabras: 650

Perdonen la demora de horas otra vez. Al principio había pensado hacerlo del cumpleaños de Marinette y Adrien buscando como desesperado en su forma de Chat Noir el regalo perfecto para ella pero agshshs, el tema de la mamá de Adrien se me hizo más indicado al final y con los dos bien abrazaditos en medio del frio.

¿Y a ustedes que les pareció?




Drabbles Marichat Where stories live. Discover now