Capítulo nueve: Cara a Cara.

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"Los únicos demonios, son los que están en nuestras cabezas"
Serena

—Socorro, ayúdenme por favor, se los suplico, por amor a todas las deidades, por favor—Suplique, pero el ambiente se volvía más y más pesado.

—Ayuda, por favor—susurre lentamente, mientras caía al frío suelo.

Mi pueblo, mi familia, mis recuerdos, todos asesinados.

—Serena, si no prestas atención, me comeré todas tus manzanas—Amenazo Lían.

Gruñí, cuando observé cómo Lían se llevaba una manzana a su boca.

—¡Ni te atrevas, caballo súper desarrollado, lo...!—.

Sentí como Anel me tapaba la boca antes de proseguir con mi advertencia cero amenazante.

La manzana no llegó hasta la boca, en cambio bolo hasta mi frente.

—Estamos cerca de un pueblo demoniaco, y solo tenemos dos opciones, rodear el pueblo o cruzarlo—Dijo Lían mientras esperaba nuestra respuesta.

—Cruzarlo—respondí.

—Rodearlo—respondió Anel.

Las respuestas fueron totalmente diferentes, pero antes de que Lían pudiese estar de acuerdo con Anel varios gruñidos se escucharon detrás de nosotros.

—Por amor al Santo Grial—dijo Anel, a la cual le salió una luna en la frente al momento de recitar un hechizo entre dientes.

Antes de darme cuenta, ya no la veía ante mis ojos.

Sentí como los pasos se apresuraban, tome de mi cinturón dos dagas, y al observar cómo  éste se acercaba hasta mí salte sobre, propinándole múltiples heridas en el pecho.

Me levante de este, pero al voltear pude ver cómo Lían era atacado, y el cual respondía con la espada de manera ágil consiguiendo hacerle un corte profundo, desde el hombro hasta  el abdomen, los gruñidos aumentaron y parecía que llamasen a otros.

De inmediato unas figuras se acercaban desde atrás de un pequeño tumulto de nieve pero antes de que pudiéramos decidir que hacer, sentí una mano en mi hombro y al mirar detrás de mi observe a Anel con una apariencia muy difernte.

Su ropa se mantenía igual pero su piel se veía rosácea y su cabello de un verde claro, antes de poder preguntarle las cintas de sus brazos taparon por completo mi vista, e incapacitándome las piernas y los brazos me inmovilizó.

Escuche un leve quejido por parte de Lían y supuse que este estaba en la misma condición que yo.
Las cintas de esta comenzaron a arrastrarnos durante un corto trayecto, hasta que por fin nos libero de estos.

Busque con la vista donde se encontraba Lían, el cual estaba justo al lado mío, e igual que Anel este se encontraba diferente, su piel era exageradamente blanca con algunas escamas dispersadas, sus ojos de un negro profundo y su cabello azul claro.

—¿Que hiciste Anel—pregunte sorprendida.

—Cree una ilusión sobre sus cuerpos, mediante las cintas que les sostuvieron—Explico orgullosa, aunque pareciera que duro muy poco.

—No tuvo un gran efecto en Serena como para llamarse un cambio que le haga disimular— Dijo Lían.

En ese momento lo note, mi piel estaba igual, no tenia ninguna irregularidad o diferencia, a excepción de el color de mi cabello, el blanco había sido cambiado por un rojo intenso.

—Dejemos eso de lado—Dije mientras miraba el alrededor.

Se veía algunas ruinas de piedra, junto a estos habían algunas casas de madera e incluso unos puestos de fruta.

La curiosidad pudo completamente sobre mi, me adentre al pequeño pueblo, pero el ambiente era muy ¿Acogedor?, los demonios paseaban de un lado a otro, familias se encontraban jugando juntos, todas las diferencias de estos lo volvía un lugar muy diferente e incluso la nieve a su alrededor le hacia parecer un lienzo en blanco con muchos puntos de colores, rodeaba cada local y casa hasta que algo me llamo la atención entre todo esto, las ruinas del lugar se unificaban en un lugar el cual se podría decir que era el único que estaba en pie.

Escuche unas rápidas pisadas detrás de mi y al voltea pude notar como Lían y Anel se veían muy molesto.

—Que pensabas al salir corriendo así por así en medio de un pueblo repletos de demonios—reprocho Lian.

—Demonios que parecen mas humanos que nosotros—dije mientras le miraba los ojos.

Lían no respodnio nada luego de lo que dije solo comenzo a correr en direccion hcaia los escombros de las ruinas, trepamos algunas superficies de gran tamaño, y saltmanos algunos de los escombros, de manera rapida pues debiamos llegar lo mas rapido posible.

La idea de aquel pueblo seguia en mi cabeza y no parecia querer salir de este. Tuvimos que seguir un buen trayecto del camino luego de salir de las ruinas corriendo pues no sabimaos si alugin deminio se habia fijafo si estabamos en su terroritorio.

Estabamos cansasdos y correr entre la nieve era incomodo, pero mas complicado el movilisarce sobre algunas superfices de agua congelada.

Todos con la misma intencion y el mismo lugar, El santuario del Santo Grial.
Intencion que nos dejo en shock al momento de ver que el lugar el cual debemos de llegar era el actual escondite de los demonios del clan el cual atacaba el reino.

El pueblo del inicio nos era nafa mas que una pantalla para este lugar.

Y entre todos aquellos demonios un uphombre se me hcaia parecido.

"Cuanto tiempo el demonio estaba junto al cazador de demonios".

En un jardín de mala hierba, busquemos una rosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora