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                                                                    X.

"Es necesario diferenciar las cosas: lo que siempre existe sin haber nacido, y lo que siempre está comenzando sin jamás llegar a ser."

                                                                Platón.

                                                                   ***




La ola de gritos y rechiflas llenó todo el estadio mientras el corredor de los Titanes iba a toda velocidad hacia la zona de anotación con un ofensivo cuidando sus espaldas, encargándose de todos aquellos que deseaban atraparle con el balón. El equipo consiguió una anotación más, asegurando con ello el triunfo mientras el reloj avanzaba a su favor. Dick arqueó una ceja, con un ligero suspiro al ver la figura de Jason entre aquellos jugadores, siendo felicitado por su labor al proteger al corredor que había anotado. Nadie podía negar que era increíble como un jugador de fútbol americano colegial, tenía futuro en el campo profesional... si no fuese por esa otra faceta que estaba seguro era demasiado peligrosa para convivir con la vida normal. Todos alrededor en la banca se levantaron cuando el tiempo se acabó y el árbitro silbó para finalizar formalmente el partido con la victoria de los Titanes de Metrópolis.

Dick también se unió a la algarabía junto con Rachel y Gar, aplaudiendo a Víctor quien se quitó su casco, riendo y abrazándose con su equipo entre gritos locos con caras graciosas antes de ir a saludar al equipo rival, entrando al túnel donde fueron llenados de vítores y aplausos por parte de los estudiantes de la universidad, familiares y amigos. Los tres jóvenes bajaron de las gradas para ir hacia el pasillo principal que conducía a los vestidores en espera de su amigo, charlando sobre la fiesta que se daría en casa de uno de los jugadores para celebrar por la victoria con todos invitados. Una gran y enorme fiesta. Dick ya había hablado con aquellos dos sobre su orientación, sin tener ningún problema como lo había imaginado siendo tan locos como comprensivos. Stone salió luego de un rato, aun riendo y hablando con un par de jugadores antes de ir con ellos.

—Irán a la fiesta, ¿cierto?

—Por supuesto, es el momento de Inglaterra para seducir atléticos jóvenes ebrios.

—Gracias por la discreción, Rachel.

—Ja, ja, ja —Gar rió palmeando la espalda de Dick— ¿Vamos ya?

—Los alcanzaré —corrigió Víctor— Llegaremos todo el equipo junto.

—De acuerdo, allá los veremos.

—¡Cuento con ello!

Prácticamente toda la universidad estaba en aquella enorme mansión cuyo tamaño sirvió perfecto para la fiesta, estudiantes atiborraban los pasillos con sus bebidas en mano, bailando o haciendo bromas. Todos se volvieron locos cuando el equipo arribó, siendo levantados en hombros antes de cruzar la puerta y bañados en confeti con papelitos de los colores de la universidad. La música aumentó su volumen, invitando a bailar, botellas de champaña fueron destapadas, perdiéndose en la marea estudiantil como las siguientes rondas de cerveza. Con las porristas haciendo unos pequeños números junto a la alberca todo el ambiente era de alegría. Por fin probaban lo que era tener victorias consecutivas y acercarse a la final universitaria, nadie ponía en duda que eso se debía a la llegada del nuevo elemento, Jason Todd, un muchacho perseguido por infinidad de chicas que se volvían locas por él, y uno que otro joven también.

Las cosas entre él y Dick se habían quedado en punto muerto desde que este último lo buscara una tarde luego de las prácticas para decirle que no podría chantajearlo ni manipularlo más. Si deseaba exponerlo a toda la universidad que lo hiciera, ya no tendría efecto en él. Dick estuvo orgulloso de su temple para hacerle frente a un sorprendido como enfadado Jason, dejándolo boquiabierto en el pasillo, retirándose con la frente en alto. Ya no le volvió a molestar luego de eso, ni tampoco le encontró en los pasillos, lo cual lo alivió durante el resto de la semana que pasó en completa tranquilidad, mientras terminaba de acoplarse en su nueva faceta. Ahora en la fiesta, simplemente lo trató como otro más del equipo tal como lo hacía con el resto de los compañeros de Víctor. Dick realmente estaba disfrutando de la fiesta, charlando y bailando con sus amigos, incluyendo a Corine quien apareció después, buenos amigos, al fin y al cabo.

Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora