XXI

2.4K 385 97
                                    

"Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón."

Marguerite Yourcenar.

***



—... es razonable el miedo a protegerlos, pero eso es lo que precisamente Lex Luthor busca de usted. Aterrorizarlo para hacerlo presa de sus ataques, Amo Bruce. Kansas es la mejor opción donde pueden estar a salvo sin ceder a las paranoias.

—Pero...

—¿Duda de mi capacidad para saber dónde están más seguros sus hijos, Señor?

Eso calló a Bruce, quien suspiró, girándose hacia la ventana de la habitación donde su hijo aun yacía inconsciente. Nunca había cedido ni en los peores casos. Alfred había señalado algo con razón.

—No quiero perderlos.

—No los perderá, mente fría, Amo Bruce. Corazón tibio.

—Perdona por gritarte, no fue mi intención.

—Estoy acostumbrado a sus desplantes, señor —el mayordomo le sonrió— Desde que mudaba dientes.

—Hay ocasiones en las que desearía ser solamente un mocoso.

—Usted no ha cometido ningún error grave, Amo Bruce. No puede tener el control de todo.

—¿Por qué no?

—Porque de eso se trata la vida, de aceptar que hay cosas que no tienen explicación y eso no implica que sea usted un mal padre. Las decisiones de cada hijo suyo les pertenecen a ellos, nada más. Amo Bruce, usted ha cumplido y a cabalidad su parte, deje que ellos vivan la suya.

—Tengo miedo de eso, Alfred.

—Para eso estoy aquí.

Bruce se llevó una mano a su rostro, dejando caer hombros y cabeza en un signo de cansancio. El mayordomo le abrazó, calmando esa ansiedad que bien sabía a veces no le dejaba pensar con serenidad y que se había disparado con el secuestro de Dick.

—En verdad no quise gritarte.

—Y en verdad le digo que ya está bien de disculpas, Señor.

Wayne iba a replicar una vez más, pero vio por la ventana a su hijo despierto y corrió a él para abrazarlo, aliviado de verlo al fin despierto. Vivo. Una parte de él se sintió en un remanso de paz mientras la otra seguía pensando en mil cosas que tendría que aclarar más tarde. Varias de ellas tenían que ver con un nombre: Jason Todd. El agobio en el rostro de su primogénito avivó ese pequeño rencor sembrado desde que supiera que ese jugador era el mismísimo Red Hood que había estado engatusando a su hijo, seguramente bajo las órdenes de Lex Luthor quien ya había tenido en la mira a toda su familia. Bruce no se separó de Dick durante su interrogatorio, teniendo el apoyo de Diana para no agotar a Richard con tantas preguntas que fueran a dejarlo más deprimido de lo que ya estaba. Era claro que tampoco le estaba siendo fácil digerir la verdad sobre ese novio.

—Si el café pudiera hablar, gritaría por piedad —bromeó Clark al verlo agitar la cuchara dentro del vaso con tanta fuerza— Cálmate, B.

—No me digas qué hacer.

Kent rió bajito, bebiendo de su propio café, sentando del otro lado de la mesa cuadrada en la cafetería solitaria del hospital a esa hora. El periodista no había querido dejarle pese a que Bruce le había insistido en que fuese a Kansas con su hijo. Lois Lane estaba a cargo como toda la familia Kent del resguardo de Jon como de sus otros dos hijos, así que Clark tenía toda la libertad para moverse lo cual era esencialmente estar a su lado para cualquier cosa que necesitara.

Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora