XXIV

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"Una familia feliz no es sino un paraíso anticipado."

Sir John Bowring.

***



—¿Qué tanto piensas?

Clark sonrió a Bruce, apartando un mechón húmedo de sus cabellos de su frente, recostado de lado observando los rasgos del abogado inglés.

—Lo que dijiste.

—He dicho muchas cosas, sobre todo estos últimos minutos.

—No eso —Bruce rodó sus ojos, dejando de lado los detalles del techo de aquel hotel para mirar al periodista— Sobre estar juntos.

—Estamos juntos.

—Clark.

—Okay —rió este, tomando aire, sus dedos delineando las facciones de Wayne— Solamente si estás de acuerdo como tus hijos, sé que no tengo el gran sueldo...

—Sigue con eso y me iré de aquí ahora mismo.

—Pienso que es mejor así, ¿no crees? Vivir todos juntos, una gran familia dispareja. Entiendo que esas cosas te cuestan mucho trabajo, que quizá no te sientas del todo cómodo con ello, por eso solamente lo sugerí. Bastante es que hayas cambiado de opinión de tomar un avión directo a Inglaterra.

—Fue un momento de debilidad.

—Cielos, traigan a los periodistas, Bruce Wayne admite una debilidad.

El abogado le picó las costillas, casi refunfuñando. —Eres desordenado, todo lo improvisas, la mayor parte del tiempo no sabes lo que dices.

—¿Ajá?

—¿Crees que funcione?

—Bruce, papá lo sospecha ya, mamá... creo que solo está esperando a que lo admitamos frente a ella porque algo me dice en su mirada que ya lo sabe. Lois lo sabe, Conner lo sabe, Jon lo sabe. Todos lo saben, cariño. De este lado creo que lo que te preocupa está resuelto.

—Mis padres no lo aprobarán.

—¿Será un gran problema?

—No, pero tampoco lo harán agradable.

—Ahora me tienes a mí para luchar contra eso.

—Eso es lo que precisamente me preocupa, no te mides cuando sacas a flote ese lado primitivo tuyo.

—No puedo, Bruce, de solo pensar que alguien te haga daño o a alguno de tus hijos... hace que me hierva la sangre y si pudiera, echaría rayos por los ojos.

—Qué bueno que no puedas, media Metrópolis estaría muerta.

—Ja, ja —Kent ladeó su cabeza, sonriendo coqueto— ¿Entonces es un sí, Señor Abogado Wayne?

—Quiero dormir.

—¡Oh, vamos, Bruce!

El abogado estaba agradecido por aquella pequeña distracción de Clark, con el comienzo del juicio tenía los nervios de punta debido a los peligros que eso iba a acarrear tanto para ellos como para sus hijos, especialmente a Dick quien estaba deprimido. Aunque las pesquisas de Lois Lane ayudaban a quitar un cargo contra Jason, el resto de sus delitos se mantenían, además de ese silencio que el joven mantenía para proteger a los suyos y de paso al infame de Luthor quien había tenido el descaro de enviar un obsequio a los Wayne luego de haberse enterado de lo sucedido en el centro comercial con toda la hipocresía del mundo. La logística de seguridad a cargo de Diana no iba a dejar pasar ni una mosca sin que lo supiera, podrían estar seguros de eso. Que Jason hablara dependía solamente de una sola cosa en la que Bruce estaba apostando todo.

Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora