-¿Prefieres perros o gatos? - Lo pensé por un instante.
- Definitivamente perros, no me gustan los gatos - Contesté luego beber un poco de mi gaseosa.
Nuestros temas de conversación se basaba más que todo en hablar sobre nosotros y conocernos más.
- Dime, ¿Que harás luego del colegio? - Pregunté y sonrió.
- Me volveré actor porno - Alzó las cejas repetitivamente y me carcajeé - Prosperariamos demasiado, podemos ser la pareja del video. Piénsalo, tu y yo cogiendo al son de la música de fondo - Comenzó a reír y no pude evitar pensarlo. Le di un leve empujón en su hombro derecho y me eché a reír.
- No haré nada de eso idiota.
- ¿Qué harás después del colegio? - Preguntó ahora él más serio y con interés.
- Pues no sé si ir por el lado de mis padres o estudiar medicina. La verdad estoy algo confusa, debo manejar eso - Resoplé y sonrió.
- Estudiaré economía, a diferencia tuya, yo soy el mayor y debo manejar la empresa de la familia, más si ahora no está en sus mejores condiciones - Dijo algo achantado, así que coloqué mi mano sobre la suya en forma de apoyo. Sonrió y le devolví la sonrisa. Se acercó un poco más, con la mirada fija en mis ojos, bajó un poco la mirada a mi nariz y luego a mi boca. Sentía que el corazón se me iba a salir de tanta emoción y nervios, mi respiración era pesada. Se iba acercando cada vez más, hasta que juntó sus labios con los míos y los empezó a mover en perfecta sincronía. Después de unos segundos ya cuando me faltaba el aire, nos separamos un poco, Liam mordió mi labio inferior, e hizo que se me colocara rojo e incluso salió un poco de sangre.
- ¿Quieres saber cuánto duro Kate maquillandome? Si supiera que me quitaste todo el labial te mata y luego se muere - Reí y dejé de verme en el espejo, cuando levanté la vista Liam me miraba. Miré su cara y reí al ver sus labios y alrededor de ellos lleno de labial. Me miró confuso - Quédate quieto - Le tomé una foto.
Se la mostré y me miró con cara de horror. Me carcajeé y lo limpié con una servilleta hasta que no quedara rastro de labial.
- ¿Por qué eres tan hermosa? - Preguntó.
- No lo soy, sólo soy yo.
- El hecho de que lo seas tú, te hace hermosa sin duda - Mordí mi labio.
- Liam - Le llamé - ¿Me puedes prometer algo?
- Depende - Contestó.
- ¿Depende de qué?
- Depende de lo que sea que me quieras pedir - Acarició mi mejilla.
- ¿Me puedes prometer dejar de conducir esos autos y apostar? - Pregunté y suspiró.
- Emily... - Alargó.
- Por favor - Repetí y alzó ambas cejas.
- Está bien te lo prometo, pero cuando me sienta mal y quiera conducir te llamaré - Me señaló y sonreí.
- Claro que te recibiré gustosamente.
- Incluso si es a las cuatro de la mañana, porque a esa hora es que no puedo dormir.
Reí y asentí - Lo haré.
- Entonces si te lo prometo.
***
Había pasado unas tres semanas y nos estábamos dando el tiempo de conocernos más a fondo, habíamos tomado la rutina de visitar a Lucía cada tarde y hacer que su día se convirtiera en felicidad. Su madre aún no me aceptaba por completo y como sabía que yo iría cada día pues decidió ir en las mañanas y no encontrarse conmigo. Por otro lado, el padre de Liam era la persona más agradable y humilde que yo hubiera conocido, gustosamente aceptaba nuestra compañía mientras él iba a su empresa a resolver problemáticas que tenían como la ruptura de negocios y el desequilibrio de la empresa. Con el pasar de los días, la empresa se veía quebrantada por un robo de ingresos de manera anónima por las cuentas bancarias, lo que dejaba a los Hemnan sin mucho dinero, sólo lo sostenible.
En casa todo seguía más normal, Ethan siempre se la pasaba en casa y nos habíamos unido un poco más, mis padres nunca sospecharon nada acerca de las mentiras ofrecidas por mi hermano y todo continuó de manera directa. Le había contado un par de cosas a mi madre acerca de Liam y lo que sucedía, ella sólo me daba consejos para motivarlo y hacerlo sentir mejor.
- Siguen sin saber quien robó dinero y al tener conocimiento de eso, los socios quieren romper contrato con la empresa porque no sienten que sus ingresos estén seguros - Dijo Liam deteniéndose en el estacionamiento del hospital.
- ¿Quién podría ser? - Pregunté.
- La verdad no tengo idea, ojalá los capturen rápido - Me tomó de la mano y caminamos hasta la habitación. La niña corrió a mis brazos y yo le acaricié la espalda agachandome a su altura.
- Hoy estás más hermosa que nunca - Dije y ella rió - Mira lo que te traje - Le mostré mi muñeca favorita que aún la tenía guardada en mi cajón de recuerdos y se la di - Cuando era pequeña me encantaba jugar con ella y ahora te la regalo a ti para que te acompañe siempre.
- ¡Gracias! Es hermosa - Dijo ella abrazándome. No podía negar que sentía que esa niña era como mi hermana menos que nunca tuve.
- Gracias por eso - Liam señaló a Lucía que corría hasta su carpa de juegos. Le habían cortado su cabellera rubia, afortunadamente el médico había dicho que era una enfermedad muy sutil y apenas empezaba así que los efectos secundarios de las quimioterapias no serían tan desagradables pero era preferible cortar su cabello ahorita antes de que comenzara a caer por pedazos.
- No es nada - Me apegué a él y pasó su brazo por mis hombros.
- Eres la mejor - Besó mi frente.
Justo la puerta sonó y retumbaron el sonido de unos tacones, nuestras miradas se fijaron en Stella de pie junto a la puerta. Ella al verlo simplemente sonrió y corrió hasta él, evitando mi presencia. Abrí mi boca indignada pero la cerré de inmediato.
- Stella ¿Qué haces aquí? - Preguntó Liam confundido dejado los brazos de ella fuera de su cuerpo.
- Si, es que supe lo de Lucrecia y de verdad quise venir a visitarla, además tenía tiempo sin verte - Dijo ella posando su mirada en la niña para luego verme con desagrado y seguir escupiendo palabras.
- Se llama Lucía - Contestó Liam - Y no entiendo que haces aquí, jamás te relacionaste con ella.
- Yo la llamé - Entró la madre de Liam a la habitación y suspiré pesadamente - Quise contarle lo que sucedió y ella muy amablemente vino para verte y a Lucía claro. Sólo quiere hablar contigo, no hay problema ¿Verdad Emily? Igual ustedes son amigos que ocurrencias las mías - Rió - ¿Podrías darnos espacio?
Liam la miró mal y luego me miró - No demoro nada - Besó mi mejilla - ¿Necesitas hablar? Bien, hablemos afuera. Ella no debe salirse - Caminó hasta la puerta y Stella la siguió junto con la madre de Liam - ¿No era un asunto de Stella? ¿Para qué vienes? - Preguntó él y cerró la puerta dejándola conmigo dentro de la habitación.
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Si si ahora si ando juiciosa escribiendo en esta historia, prometo seguir así. Otra cosa, necesito ayuda, pienso cambiarle el nombre a Viviendo con mi hermano, help, ideas
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Hasta el mas mujeriego se enamora [Secuela De VCMH]
Teen FictionHan pasado diecisiete años desde el nacimiento de los hermanos White Styles. Para Emily la escuela nunca fue un problema, pero desde que se muda con su familia a Chicago, lo comienza a hacer. Tendrá que conocer gente nueva, hacer amigos y sobre todo...