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Si la cafetería que frecuentamos Dalton y yo estaba lejos del campus, el restaurante a donde me había traído Luca estaba prácticamente a las afueras de la ciudad.

–Gracias –Le agradecí mientras abría la puerta y me dejaba pasar primero.–, ¿Creí que iríamos por un chocolate? –Lo observe.

–Por eso estamos aquí.

Alce una ceja.– Pensé que sería en una cafetería, no en un restaurante bastante lujoso.

Luca rió.– Aquí preparan el mejor chocolate del mundo. –Camino hacia una mesa junto a la ventana sentándose en una silla.

Me quité mi chamarra y me senté enfrente de él dejando esta en la silla junto a mi.

–¿De todo el mundo? ¿Enserio haz probado los chocolates calientes de todo el mundo?

Luca asintió quitándose su gorro y revolviendo su cabello.

–Algo así –Respondió a mi pregunta–. He viajado mucho, así que si he probado muchos chocolates. –Ambos sonreímos.

–Luca, ¿de nuevo por aquí?

Un señor de baja estatura de alrededor de unos cuarenta años le preguntó.

–Ya sabes Domingo, amo este lugar.

El señor el cual ahora sabía que se llamaba Domingo asintió con una sonrisa, me volteo a ver me sonrió, le correspondí.– Ahora veo que vienes acompañado, es muy bonita por cierto.

Observe a Luca y le sonreí.

–Lo sé –dijo Luca ante el comentario.–. Domingo ella es Vega. Vega este es Domingo, él siempre me atiende cuando vengo aquí.

–Mucho gusto y gracias. –dije refiriéndome al cumplido.

Domingo asintió.– ¿Lo mismo de siempre Luca?

Luca me observó.– ¿Quieres comer algo aparte del chocolate? –Negué.–, Bien. Solo dos chocolates calientes, por favor.

–Claro.

Domingo nos sonrió y se alejó dejándonos solos. A excepción de nosotros y otras tres familias que estaban comiendo el restaurante está vacío, Luca había elegido una mesa algo alejada del resto de personas.

–¿Así que has viajado mucho? –Le pregunté sacando más conversación.

Luca asintió.– Si, algunos países. Por aquí y por allá.

Escuche fascinada.– Yo solo fui a Japón una vez por mi cumpleaños quince.

Luca sonrió.– Aún tienes demasiado tiempo para viajar, tu tranquila.

–Lo sé. –Respondí decidida.

Domingo regresó con nuestros chocolates y los colocó en la mesa.

–Gracias –dije.

–Por supuesto. Cualquier cosa que necesiten me avisan. –Luca asintió y Domingo se fue atender a otra mesa.

Tome la taza con ambas manos y suspiré, con el clima bastante frío era glorioso tocar algo caliente. Di un sorbo y tararee, sabía delicioso.

–Te dije que era el mejor chocolate del mundo. –dijo y asentí mientras dejaba la taza de nuevo en la mesa.

–Lo admito, si lo es.

Luca sonrió y dio un sorbo a su chocolate, dejó la taza sobre la mesa y me observó.– Quería agradecerte una vez más por entregarme mi portafolio, fue el primero que complete y hubiera sido una lástima no haberlo recuperado. También se que Maxon te hizo hacer un montón de cosas para llegar a mi, quiero disculparme si te incomodo, mi hermano no suele medirse.

Abstracto |+21| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora