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–¿Te quedarás?

Su mirada me recorrió de arriba abajo y asintió.

–Solo hasta que pase esta tormenta, pero no habrá nada más que eso.

–Bien.

No se que había sucedió, pero de repente solo quería que se quedara aquí. No habíamos dicho mucho, nos sentamos en mi cama recargados en la pared, podía ver como su cabello comenzaba a secarse, se veía tan suave y por su puesto que debía sentirse igual. No podía explicarlo, pero Michaelis era el primero chico al que conocía que todo en el gritaba perfección, parecía mandado hacer con todo lujo de detalles.

–¿Vas a observarme toda la noche? –Salí de mi trance al escucharlo decir eso. –Desde esta mañana no haz apartado tus ojos de mi.

Reí sutilmente al escucharlo decir eso, Maxon había dicho algo similar la vez que hablé con él.

–Debes estar acostumbrado. –Respondí tratando de no darle mucha importancia.

–Lo estoy, pero eso no quita que algunas veces sea incómodo.

–Quieres ser modelo, es normal que todo el mundo te vea, deberías aprender a lidiar con ello para que no te sea incómodo.

–Ya soy modelo y créeme que se lidiar con ello, pero si vas a estar observándome por horas mínimo págame.

–¿Cuanto cobras por quedarte conmigo por dos horas y dejarme observarte todo lo que quiera?

Bromee, pero note como a Michaelis no le hizo nada de gracia mi chiste, inclusive pude ver como se tensó ante mis palabras y le disgustó por completo, no pensé que reaccionaria así ante una broma.

–Era broma, solo quería molestarte. –Trate de tranquilizarlo y sacarle un lado gracioso a todo.

–Que estúpida broma.

Nos volvimos a quedar en silencio después de eso y ahora fue incluso peor que antes, se podía sentir la tensión y la incomodidad llenando el espacio.
Golpe y nota mental; a Michaelis no le gustan las bromas.

–Hablemos de algo. –Rompí el silencio.

–¿Sobre que?

–Sobre nosotros.

–¿Qué quieres saber? –No esperaba que estuviera de acuerdo.

–¿Por qué parece que no te llevas bien con tus hermanos? –Era una pregunta muy directa, Michaelis se quedó en silencio e inmediatamente supe que no respondería así que decidí mejor dejar eso de lado y decir otra cosa.–. Bueno, cuéntame lo que sea, cuéntame de ti y luego te cuento de mi. Curiosidades, gustos, gustos culposos.

Golpee juguetonamente su hombro como estúpida. Michaelis negó y suspiro, recargó su cabeza sobre la pared y cuando nuevamente note que no iba a hablar simplemente juegue con mis manos sin decir nada preparándome de nuevo para el incómodo silencio y seguir escuchando las gotas de lluvia chocar contra mi ventana.

–Mi segundo nombre es Nolan y me gusta más que Michaelis porque es fácil de pronunciar, si tuviera un franco por todas las veces que he corregido a las personas cuando dicen mal mi nombre ahora mismo viviría en una mansión en Mónaco.

Sonreí ante eso, no imaginaba que él como Alexander tuvieran dos nombres, y era un tanto gracioso porque su nombre era difícil de pronunciar al igual que el segundo nombre de Alexander.

–Mi número favorito es el veintitrés –Alce mi rostro viéndolo cuando hablo.–, lo cual me parece curioso porque siento que no llegaré a esa edad. –Parecía muy seguro de eso al decirlo, no quise decir nada ante lo dicho.–. Mis frutas favoritas son el mango y las moras.

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⏰ Última actualización: Apr 19 ⏰

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