Froté mis brazos, de reojo vi como James se situaba junto a mi y encendía un cigarrillo, agite mi mano por el humo, noté la ligera sonrisa en su rostro, eso hizo que rodara mis ojos.
–Lo siento –Hablo y no respondí.–, esto es tuyo.
Vi que sostenía mi bufanda en su mano, suponía que la había olvidado al pararme y salir de ahí. La tome y me la puse.
–Gracias –Respondí.
–Lamento haber dicho lo que dije.
–Fuiste honesto, da igual James, no importa. –Respondí cansada de eso.
La lluvia comenzó a detenerse, aprovecharía eso para salir finalmente de esto e irme a la universidad. A penas pude dar dos pasos cuando James sostuvo mi brazo deteniéndome,
–Una vez que ellos comienzan con sus estupideces no paran con ellas, por eso lo dije. –Explico.
Lo observé.– Ya te dije que no importa, tú y tus hermanos son libres de decir lo que quieran, me da igual. –Repetí.
Asintió.– Lo sé, pero aún así lo lamento –Tanta disculpa me estaba molestando aún más.–. No es pretexto, pero no solemos tener paciencia con las personas.
Reí.– Eres abogado, deberías tenerla.
–Si y aún así no lo consigo, la gente me desespera. –Explico.
–Si, eso ya pude notarlo. –Le sonreí.–, debo irme. –Di unos pasos alejándome de él.
–Te llevo. –Camino hacia mi.
Negué.– No hace falta, y ¿no ibas a llevar a tu hermano?
–Puede tomar el autobús o un taxi –Lo dude.–, llegarás mas rápido y apuesto que volverá a llover muy pronto –Un trueno le dio la razón y asentí.
–Bien, tú ganas
Caminamos hacia su auto en silencio, me abrió la puerta para que subiera una vez que llegamos hacia el. Justamente cuando se subió y cerró la puerta comenzó a llover de nuevo.
–Ten, esto es para ti. –Me pasó una bolsa de papel.
–¿Y esto? —Hizo un ademán para que la abriera.–. ¡Dios! Huele delicioso. ¿Qué es?
–Un sándwich de pollo, tocino, queso y verduras. Espero no seas vegana o alérgica a eso. –Negué sacándolo de la bolsa y desenvolviéndolo. Realmente era el emparedado más sabroso que había visto y esperaba que supiera igual de bueno.–. Era lo que había ordenado y pedi que lo envolvieran para ti, por culpa nuestra no tuviste ni tiempo de ordenar algo y se que con la universidad casi no da tiempo de comer algo, es lo menos que podía hacer.
–Gracias –Respondí cubriendo mi boca después de darle una mordida.–. Lo único que comí hoy fue una bolsa de Cheetos –James frunció el ceño mientras conducía y yo asentí.–. No había tenido tiempo de comer.
–Son las cuatro de la tarde –dijo atónito. Me encogí de hombros dando otra mordida.–. Ahora entiendo porque no te va bien con ese dichoso portafolio tuyo.
–¿Luca te dijo?
Asintió dándome una servilleta.– También dijo que le gustaría ver algunas fotografías tuyas para saber cual es tu estilo y como ayudarte.
–¿De verdad? –Pregunte sorprendida, James asintió. –Eso será un problema porque no tengo ningún estilo. –Hice una mueca.
–Todos tienen uno –Voltee a verlo con esperanza de que así fuera. James me vio de reojo y regreso su vista al camino, pero yo no aparte mi vista de el.– ¿Que?

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Abstracto |+21|
Teen FictionUna relación complicada: enamorarse de seis chicos no es nada fácil, pero tampoco es imposible. Conocer a los hermanos VanLievedev de una de las familias más prestigiosas de Zurich en Suiza puede que te convenza para mantenerte cerca de ellos e inic...