Adelice.
一 Vaya, este lugar sí que está lleno.
Habíamos llegado al museo en el auto de mi tía, pero llevamos ya 10 minutos buscando un lugar en donde estacionar el auto. Realmente el lugar estaba abarrotado de gente.
一 Y hace demasiado calor, un poquito mas y me derrito一 agregue yo 一¡Mira! Hay ahí un puesto.
Teresa acelero y se dirigió hacia el lugar que le había indicado. Un hombre iba distraído caminando despreocupadamente con su celular y no se dio cuenta de que nuestro auto se dirigía hacia él. Teresa toco la bocina tan fuerte me deja aturdida y con el ceño fruncido.
一¡Hey! Quítate de ahí, ¿No ves que es un estacionamiento? ¡Después te atropella un carro y la culpa es de uno! 一 le grito ella molesta después de frenar el auto. El hombre no le prestó atención hasta que aparto la vista del celular.
¿Que le pasa a este tipo?
一¿Y tú que? Deberias ver cuando la gen...¿Teresa?一 pregunto extrañado entornando los ojos hacia ella.
一¿Sebastián? 一ella lo miro de vuelta con sorpresa.
一¡Hey! andabas perdida一él sonrió y después se dirigió hacia nuestro auto.
Casi lo matan y sigue normal con su vida como si no hubiera pasado nada. Debería tomar eso como ejemplo.
一Oh, perdóname. Es que con este calor y todas estas personas aquí, me siento un poco sofocada一le dio una sonrisa deslumbrante.一 Ella es mi sobrina Adelice. Adelice, él es Sebastián. Un compañero de trabajo.
一Hola pequeña 一Me guiño un ojo一 Linda sobrina, igualita a la tía 一 dijo el, apartando la vista de mí, y dirigiéndose hacia Teresa.
一Hola, y gracias一 le dije con una sonrisa de boca cerrada. Me sentía incómoda entre ellos dos. Hubo un pequeño silencio y después me volví hacia Teresa一 ¿Ya puedo salir del auto?
一Ah, sí claro.
一Bien, voy un momento al bañ...一 pero Teresa ni siquiera me prestó atención porque había devuelto toda su atención a su "amado".
Bien, hay va la cosa. Mejor los dejo solos.
*******
Maxel.
一Así que, ¿Qué has hecho durante estos días, Maxie? 一 pregunto Laura, caminando muy cerca de mí.
Habíamos llegado hacia menos de 10 minutos al Museo y ya quería irme. No por Laura, sino por el montón de gente que había a nuestro alrededor, me tenían sofocado.
一Bueno, lo mismo de siempre 一Le dije respondiendo a su pregunta一 Ya sabes: comprometiéndome para hacer nuevos diseños y obras de pintura, pero no he salido mucho. De hecho, me han contratado para hacer recuadros de personas 一 dije distraídamente, mirando una escultura que estaba al fondo de una estancia. Pase una mano por mi cabello.
一¡Que bien! ¿Y has dibujado algo en específico? 一 se detuvo de repente, haciéndome chocar contra ella一 ¿Me esperas un momento? Vuelvo rápido 一me guiño un ojo y después se dirigió a lo que era el baño, que estaba mas adelante de donde nos encontrábamos.
Mire confundido hacia donde se dirigía. Pero inmediatamente mi atención fue dirigida hacia una escultura que estaba en el fondo de una pared. Me acerque para verla mejor y supe al instante que se trataba de una de mis esculturas favoritas de Lorenzo Bernini "El rapto de Proserpina". No era obviamente la original, esta era más pequeña y tenía una pequeña descripción la cual decía de quien fue hecha y en qué año fue realizada. Me parecía una escultura muy interesante y me atraía bastante. En la escultura se encontraba Hades (Dios de los infiernos o Mundo de los muertos) y Perséfone (Hija de Zeus y Deméter) quien fue secuestrada por el mismo Hades, para convertirla en su esposa y ser reina del Inframundo. Siempre que la veía en dibujos o por internet, no dudaba ni un segundo en detenerme a mirarla. Era una escultura de piedra que a simple vista parecía perfecta. No entendía como alguien podía plantearla de una manera tan realista, porque a simple vista se veía real, la expresión de los rostros y los movimientos hacia ver eso.
Katherine, me había enseñado todo aquello cuando nos habíamos conocido. Era fanática de todo lo que involucrara la belleza y el arte, desde la música, hasta la danza y pintura, y fue gracias a ella el porque ahora soy artista. Supongo que su espíritu apasionado me inspiro bastante. Había sembrado uno de esos pequeños detalles en mi, y se lo agradecía verdaderamente.
Katherine, tan solo pensar en su nombre mis manos temblaban. Cerré los ojos por el momento, alejando su imagen de mi mente.
一¿Tengo que llamar a un guardia para que te quite y puedas dar permiso de mirar a los demás, o tengo que esperar a que salgas de tu mágico encanto por lo que sea que estés meditando? 一 me sobresalte al escuchar una voz de chica a mis espaldas.
Me di la vuelta para ver quién era la que había interrumpido mis pensamientos, pensando que era Laura. Pero no era ella, ni Katherine... era otra persona.
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La única excepción (Editando).
Short Story«Es difícil comprender porque las personas importantes en nuestra vida, tarde o temprano tienen que irse». Adelice no espera que su vida este llena de milagros. Simplemente tiene un solo deseo: y es poder relatar algún día una historia feliz en la q...