Capítulo 2 "Consecuencias"

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Al despertar juntos en la misma cama, Ccino no entendió la reacción de Nigthmare. Lo esquivó y comenzó a tocarse la cabeza como si hubiese cometido el más grave error de su vida.

Yace de pie, vestido únicamente con pantalones. El albino se impresiona mientras se viste.

―Dime la verdad Ccino, no hicimos nada. ―le ruega que así no sea, no quiere volver a escuchar que sí lo hicieron.

Él  le mira y se pone de pie terminando de abrochar su camisa.

―Sí lo hicimos, Nigthmare.

― ¡Maldición! ―enfadado consigo mismo da un puño certero a la pared. Él y su maldita intolerancia al alcohol. ¿Por qué Ccino, por qué con su amigo? Podía haber sido con cualquier otra persona, pero no con él . ¿Cómo mierda será capaz de mirarlo a los ojos de ahora en adelante? ¿Cómo?

Todo es su culpa sin recordar la noche. No debió beber tanto, debió comer más y así hubiera soportado más tiempo. ¿Qué va a hacer?

Espera un segundo, él estaba ebrio, no tenía conocimiento de las cosas, Ccino lo llevó hasta aquí teniendo responsabilidad de acostarlo y cuidar de él. Él  debió frenarlo cuando fue calentándose.

― ¿Por qué no me detuviste?

― ¿Qué?

― ¡Sabes que cuando estoy ebrio, me comporto de otra manera! ¡Debiste detenerme en ese momento!

― ¡¿Me estás echando la culpa?! ―no puede creer que sea así, ¿su responsabilidad? ¡Él tuvo que tenerla al beber como esponja!

―Hey, hey, ¿por qué tanto escándalo? ―Horror entra al cuarto todo desarreglado observando confundido la escena de discusión. No ve con buenos con ojos a Nigthmare― ¿Por qué le estás gritando?

―Tú, no te metas ―encara al peliplata y le dirige la mirada al albino―. Esto jamás sucedió, bórralo de tu cabeza y volveremos a ser como antes. ―dijo severo y enojado, marchandose de la habitación de la casa de Horror, recogiendo sus cosas para terminar de vestirse afuera.

El de ojos carmesí posa su vista en el albino. Le ve flaquear sobre la cama, quedándose sentado sin aire.

― ¿Te encuentras bien? ¿Quieres agua?

―Sí, gracias.

Transcurren tres semanas sin entablar de esas conversaciones con Nigthmare, que solían hacer antes de esa noche. Se distanció de él , sólo lo saluda. Así que, Ccino también hace lo mismo, ya no tiene nada que ver con él, ni siquiera parecen amigos. Más conocidos. Eso piensa hasta sentirse enfermo. Fue al médico, y la noticia lo tiene peor que enfermo, lleno de incertidumbres de cómo le contará a Nigthmare y cómo se lo tomará. Ay, Dios, tiene miedo.

Trata de tener una cita con él, sin embargo Nigthmare se niega, y Ccino  insiste en ser importante o no lo estaría llamando. De acuerdo, en su casa estará bien, concluye el azabache.

Al llegar a la casa de Nigthmare, es recibido tomando asiento en el sillón de la sala. Muy amable de su parte.

El vientre le da vueltas y el pecho se le presiona, no sabe cómo empezar. Por el principio, si es lo correcto.

― ¿Y bien? ―Nigthmare cruza las piernas esperando lo que tenga que decir, lo importante para juntarse con él después de hace días.

―Después de esa noche, han pasado tres semanas…

―Sé que he estado distancio de ti, pero no me es fácil mirarte otra vez

―No es eso ―le interrumpe y esconde un mechón detrás de su oreja―. ¿Te acuerdas si usaste…preservativo?

―No recuerdo nada, tú eras él único que estaba sobrio. Deberías saberlo, ¿por qué?

―Creo que no usaste ―menciona bajando la mirada y sacando de su bolso un papel doblado―. Fui al médico porque comencé a sentirme enfermo, y ―le entrega el papel―…estoy embarazado.

Nigthmare alza la mirada completamente sorprendido y perdido, confirmando si lo que dice es verdad. La revisión médica lo confirma, su amigo está esperando un hijo.
Enseguida se pone de pie dejando la hoja de lado, pasando sus manos por su cabello, analizando qué hacer y cómo responder.

― ¿Qué quieres que haga? ―pregunta dándole la espalda al albino― ¿Hacerme cargo?

―Eso sería lo más lógico.

―Lo siento, Ccino, pero no me haré cargo de ese niño. ―expresa volteando hacia él, quien se levanta desconcertado, no esperaba eso del azabache.

―Pensé que era tu amigo, ¿no se supone que me tienes que ayudar?

― ¿Y cómo voy a ser tu amigo si vas a tener un hijo mío? Además, fue tú responsabilidad en no haberme detenido.

Es increíble.

―Si quieres tener a ese niño, hazlo. Pero no me haré responsable.

― ¿Cómo puedes…? ―presiona los dientes con rabia, lo golpearía aquí mismo― ¡Es tu hijo también, Nigthmare! ¡No fue mi culpa, fue de los dos! Sí, es cierto, estabas ebrio, ¡pero yo él muy idiota cayó ante tus palabras, ¿o crees que no intenté detenerte?! ¡Sí lo hice, pero caí!

El mayor no omite nada, tan sólo desvía la vista.

―Está bien, me voy ―termina, sabe que no habrá caso hacerle entender que debe hacerse cargo.―me voy lejos para que no te vuelva a molestar.

Abre la puerta, sale y la cierra, pero no lo hace, llega hasta el final sin cerrarla. Su mente, su orgullo se impone ante todo y le gritará las últimas palabras antes de irse para siempre. Vuelve abrir la puerta.

― ¡Eres una mierda, Nigthmare! ―y se va dando un portazo retumbando por todas las paredes.

MokkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora