A Jimin nunca le faltó nada en su vida, había nacido en una familia muy bien posicionada, con un buen apellido. La mayoría de sus amigos solo estaban con él por su dinero y su popularidad, no por quién en verdad era Park. Nadie lo conocía realmente.
La hermosa sonrisa siempre estaba en sus labios, pero una vez que la camioneta paraba en casa, esta se borraba y sus lágrimas se acumulaban en sus ojitos.
De verdad, nadie conocía al verdadero Park Jimin. A pesar de tener todo lo material, siempre hubo algo que faltó en su vida y desde pequeño fue así.
El rubio se despidió de su chofer, acomodando su mochila en sus hombros para a pasos lentos caminar hasta la imponente casa.
Suspiró. Las puertas se abrieron ante él, las chicas de limpieza lo saludaron, después siguieron en lo suyo. Jimin subió a su habitación, al entrar dejó su mochila en algún lugar para caminar con pesar a su cama, se iba a lanzar cuando notó una pequeña cajita envuelta en papel de regalo y una nota.
Enseguida supo de quien era, por lo menos su madre se había dignado a escribirle. Tomó la nota, leyéndola mientras sentía sus ojos llenarse de lágrimas nuevamente.
"Querido Jimin, papá y yo estaremos en el extranjero, nos surgieron cosas importas. Te compramos el celular más reciente debido a que el tuyo es una actualización anterior, disfrútalo cariño. Te queremos. —Mamá y papá."
Jimin dejó la cajita en su mesita de noche. Sus ojos ahora estaban completamente aguados, impidiéndole mirar correctamente. Se lanzó a su cama, llorando de la impotencia, llorando por nacer con el apellido Park... Lloraba porque sus padres no tenían tiempo para él.
No supo cuánto tiempo estuvo llorando. Cuando abrió sus ojos notó que era de noche, se había quedado dormido mientras lloraba. Pesadamente se sentó en la cama, soltando un suspiro.
Ese fue el suspiro más largo que había salido de su boca en lo que llevaba de la semana. Talló sus ojos para después levantarse de la cama.
Otra vez acudiría a ellas, a las únicas que estaban allí haciéndole compañía, brillando tan preciosas que no se cansaba de contemplarlas. Caminó hasta su ventana, sentándose en el suelo del pequeño balcón del segundo piso.
El cielo era hermoso y reconfortante. Sus lágrimas bajaron rápidamente, solo las estrellas y la luna presenciarían ese momento. Ellas eran sus cómplices, podía llorar por horas y ellas no lo juzgarían. No tenía que ser Park Jimin ante ellas, solo era Jimin y eso era lo mejor. Solo Jimin, un roto y solitario Jimin.
Nariz roja, ojos y mejillas mojadas debido a las saladas lágrimas. Boca y labios en un pequeño puchero que Jimin no había notado que hacía, un triste y roto chico. Así se encontraba Jimin y quien fuera que lo mirara pensaría que solo era una forma de llamar la atención, porque vamos, Park tenía la atención de todo el mundo. Y sí. Tal vez si quería llamar la atención, pero no de todo el mundo, solo quería la de sus padres, pero estos simplemente no lo notaban.
Por años se preguntó porque sus padres preferían salir de casa y pasar meses fuera en vez de quedarse con él. Por años se preguntó qué estaba mal con él ¿Por qué sus padres no lo querían? Jimin tiene pequeños y vagos recuerdos de su infancia, en todos y cada uno de ellos se encontraban sus diferentes nanas, pero en ninguno estaban ellos, sus padres.
Las veces cuando escapaba de todo, de sus choferes y de sus "amigos", caminaba al parque más alejado de casa, al que nunca nadie buscaría a Jimin en el. Ahí se sentaba a mirar a las familias felices. Sí, probablemente era un poco masoquista, pero nada importaba ya. Sus lágrimas silenciosas bajaban por sus mejillas al mirar a la gente que lo rodeaba. Todos eran felices pasando un rato alegre con sus hijos, llevándolos en sus espaldas, comprándoles un helado o con tan solo una simple acción como lo era un abrazo. Jimin no tenía y nunca tuvo nada de eso.

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𝘚𝘩𝘰𝘰𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘚𝘵𝘢𝘳𝘴 [Kookmin]
Hayran KurguTodos pensaban que a Jimin no le faltaba nada, lo tenía todo, padres millonarios, celular nuevo cada mes, cenas extravagantes y malditamente caras, pero nadie conocía la vida verdadera de Jimin. O... ❝Donde Jimin siempre pide el mismo deseo a las es...