Las cosas no cambiaron demasiado desde esa noche, aún hablaban a diario, salían en citas y pasaban juntos los fines de semana, simplemente siguieron su curso y evolucionaron, ahora se besaban, caminaban tomados de la mano y tenían sexo cada vez que querían, lo que era bastante a menudo. Se habían vuelto más hogareños también, el departamento de Hernán se había transformado en algo así como el refugio al que llegaban luego de algunas citas o en el que simplemente pasaban tiempo juntos, viendo películas, jugando videojuegos, durmiendo la siesta, no era extraño que el castaño se quedase a dormir y al día siguiente desayunaran juntos y el moreno lo llevase a la universidad, tampoco era extraño ver a Andrei vistiendo la ropa del mayor, Hernán aún no podía explicar lo que sintió cuando vio una publicación en la cuenta de instagram del menor donde aparecía sonriendo en su sofá usando uno de sus polerones. Junto a eso, Andrei pasaba todo el fin de semana en el departamento del moreno, se llevaba sus libros y utensilios y estudiaba y practicaba en su cocina mientras observaba a Hernán elongar, ver videos de baile y trabajar en su computadora.
Ambos eran felices con el nivel de intimidad que estaban compartiendo y con la dirección en la que se estaba moviendo su relación. No había nada mejor que escuchar al otro decir te quiero al despertar en la mañana o al despedirse por la noche o en realidad durante cualquier momento del día. Conversaban mucho, Hernán había contado a Andrei asuntos personales que había compartido con muy pocas personas, del mismo modo que lo había hecho Andrei con él, se habían transformado en la persona en la que recurría el otro cuando había tenido un mal o un buen día.
A Andrei le gustaba que le dieran abrazos apretados y demandantes y que lo sostuvieran mientras lo acariciaban. A Hernán le gustaba tener a Andrei entre sus brazos, así que eran el complemento perfecto.
Ambos descubrían cada día una parte de la personalidad del otro que sólo los hacía volverse más locos por el otro. Como esa vez que el castaño descubrió que Hernán podía ser tan dominante cómo podía ser dulce cuando fueron a bailar y Andrei lo había rozado y tocado en todos los lugares correctos y luego en el departamento de Hernán, el moreno lo había afirmado en sus manos y rodillas y lo había follado duro haciendo a Andrei gritar de placer, para luego transformase en un gatito que sólo quería acurrucarse. O ese fin de semana en que Andrei había estado muy enfermo y Hernán lo había cuidado en su departamento, descubriendo que en esas circunstancias dejaba su humor inteligente y se transformaba en un niño que sólo quería mimos, y el moreno no podía estar más feliz de dárselos.
Las cosas iban viento en popa, el sexo seguía siendo fantástico y cada día estaban más conectados emocionalmente, cada día se querían más.
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- Estoy muerto... y se suspendieron los ensayos que tenía ahora, así que tengo la tarde libre hasta las 7 y me da demasiada lata ir a mi departamento y después volver... - dijo Hernán al teléfono.
- Falta un montón ¿Que harás todo ese rato amor? - amor, la palabra retumbó en la cabeza de Hernán sacándole una gran sonrisa.
- Bailaré un poco, me iré a dormir a una sala vacía...
- ¿Por qué no vienes a la universidad?
- Porque tienes clases - le respondió como si fuera obvio.
- En realidad no tengo, se suspendió, algo sobre un seminario... ahora voy de camino a la residencia, ¿por qué no vienes y regaloneamos en mi pieza lo que queda de día? estás a sólo 10 minutos de aquí...
- ¿Tú y regaloneo, mmm? - dijo el moreno fingiendo analizar los pros y contras, mientras Andrei reía al otro lado de la línea - voy saliendo para allá.
- Te espero en la entrada, te quiero.
- Te quiero.
Hernán llegó en menos de 10 minutos, saludó a Andrei con un beso y dejó que este lo guiara al interior de la residencia. El lugar era como un edificio de departamentos, muy similar a las fraternidades que se veían en las películas americanas, en el primer piso se encontraban los espacios comunes, como la cocina, sala de estar y comedor, mientras que en los pisos superiores se ubicaban las habitaciones y baños, Andrei le había comentado que en el lugar vivían 10 personas.
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A primera vista
FanfictionHernán no hacía esas cosas por qué a él no le pasaban esas cosas, al menos no le pasaban antes de conocer a Andrei. Hernán es bailarín, es soñador y muy emocional, el amor no lo ha tratado bien, pero tiene fe de que encontrará a su príncipe azul. An...