Libros, Café y Rosas | Ironstrange

Segundo Día

Stephen se la pasaba observando la mesa en la que Tony se había sentado esa primera vez que lo vió, esperando a que el castaño apareciera en algún momento.

  -Tienes que ser paciente-. Beso la mejilla del futuro médico y continuó atendiendo.

Pasaron unas horas más y Stephen tuvo que apoyar a Christine atendiendo el mismo algunas mesas.

Anthony entró con un nuevo libro en mano y se sentó en su lugar favorito. El mundo de Stephen pareció detenerse cuando Tony puso la mirada sobre él y le sonrió.

  -Quisiera un café sin azúcar-. Pidió al castaño.

Stephen asintió y se dirigió con rapidez detrás de la barra para preparar el café.

  -Suerte atendiendo a tu pequeña obsesión-. Canturreo la mujer y observo divertida como el rostro de su compañero se teñia de un suave color carmín.

Llevo el café al dueño de los ojos marrones que miraban todo a su alrededor con curiosidad.

  -Gracias-. Stark sonrió y miro una rosa, esta vez blanca. -¿Van a decirme de quien es algún día?-. Stephen no se sentía listo para responder.

  -Él siempre esta aquí-. Susurro como si no quisiera ser escuchado por nadie más dentro de la cafetería.

  -¿Él? Es un hombre entonces-. Vió la ceja izquierda de Tony alzarse.

  -Si...-. Dudó Stephen. No había pensado en eso, ¿Y si él no era...?

  -Esperó que me deje verlo pronto-. El gestó de Tony se volvió en una suave sonrisa y volvió su rostro a su lectura.

Stephen se retiró un poco más seguro de si mismo.

Cuando Tony estaba listo para irse se repitió lo de él día anterior. Guardo la hermosa rosa entre las páginas de su libro y se retiró con una sonrisa.

(...)

  - ¿Algún día se lo dirás?-. Pregunto Christine mirando a su mejor amigo mientras él le pasaba las tazas limpias para acomodarlas en su lugar.

  -Eso creó...-. Ella lo empujó con levedad y ambos rieron.

  -Tengo una idea-.

  - ¿Qué es?-.

  -Deberías darle pistas y que el descubra de quien se trata-. Stephen dudo unos segundos y después asintió.

  -Lo haré-. Aseguró.