Grandes Errores

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Tocó la puerta de la mansión y Jarvis abrió, haciéndose a un lado y dejándolo pasar. El azabache caminó hasta la sala, dónde encontró a un tranquilo Tony bebiendo de un café mañanero.

Tomó asiento a su lado y observó su rostro, parecía preocupado. Le tomó del mentón con suavidad y lo besó con suavidad, sintiendo el amargo café en los labios de su pareja. El castaño se apartó, observándolo casi con pena y se acomodó en el sillón para mirar con más comodidad.

  -Ayer fui a una reunión y... no sé si-. Jarvis volvió, entregó un té a Stephen y desapareció nuevamente. -Stephen...-. Dijo tratando de encontrar una forma más fácil de decir lo que tenía que decir. -No podemos seguir, no es culpa tuya, tu eres un magnífico novio pero ahora mismo estoy demasiado presionado y... me temo que eres una distracción peligrosa-.

El de ojos azules parpadeo un par de veces, ¿en serio Tony acababa de decir... que terminaron?

  -Tony, amor no-. Dejó la taza de té sobre la mesa de centro y le tomó las mejillas. -Mírame a los ojos y dime que esto es lo que tú quieres-.

  -No lo quiero, pero es lo correcto. Tengo una empresa que dirigir y será mejor que no tenga distracciones-.

Stephen lo observó.

  -¿Quién te dijo eso?-.

Una sola palabra salió de la boca de Tony: Stane.

Ese no era el Tony que conocía. De quién se había enamorado no hubiera hecho caso alguno a lo dicho por ese hombre, pero lo entendía, estaba asustado y había perdido a su padre.

  -Tony...-. Apartó sus manos de las mejillas del castaño y asintió sintiendolas temblar. -Te amo-. Le besó la mejilla y se levantó, saliendo de la mansión.

Tony creyó hacer lo correcto, pero después descubrió que Stane había estado involucrado con lo sucedido con su padre. Intento matar a Tony con una armadura más tosca que la del chico pero perdió.

Stephen no volvió a amar a nadie porque su corazón aún seguía perteneciendo el chico de grandes ojos castaños.

Christine y Pepper siguieron con su relación hasta los veintiséis años y después se casaron. A la boda asistieron Tony y Stephen, el primero estaba demasiado rodeado de personas importantes como para notar al otro y esto solo entristeció a Stephen y aún así su corazón le seguía perteneciendo a Tony.

Libros, Café y Rosas | Ironstrange Donde viven las historias. Descúbrelo ahora